Eleanor y yo, habíamos ido de curiosas. Pero el padre de Oliver había creído que era algún ladrón, así que estaba listo para repartir puñetazos. Aunque esta vez, se los guardó. Ya que al ver con claridad, vimos a mi madre desmayada en brazos de una mujer.

Mujer que, lamentablemente conocía.

Claudia Scott, mi posible tía.

—¿Quién eres y qué le hiciste a mi madre? —masculló Eleanor, yendo a sostener a nuestra madre.

Pero la voz del señor Carson nos congeló a todos.

—¿Estefan? —inquirió.

—¡¿Papá?! —gritamos con Eleanor al unísono.

Santa madre.

¡¿Cómo era posible?! ¡No era posible!

«Teóricamente y científicamente... sí que era posible»

—Bueno, hace un par de años dejé de ser Estefan. Ahora mi pronombre es ella, así que el término adecuado es Madre —dijo mi pa... es decir, Claudia o mi... ¿madre?

Eleanor se encargó de llevar a mi madre hasta la sala de estar, para que se recomponga poco a poco gracias a la ayuda de la entrenadora. Pero por más que pareciese fácil de entender, todavía no podía comprender cómo mi padre había terminado siendo... una mujer.

Es decir, sí, sabía que era normal cambiar de género. Pero no sabía que mi padre...

Joder, madre. Que es mi madre, no padre.

¿Sería esa la razón por la cual se fue? Siempre había creído que se había ido con otra familia.

Ahora entendía por qué me había dicho lo que dijo, no era feliz siendo un hombre. Y se había ido por eso mismo. Pero por más que comprendía esa parte, no dejaba de pensar que nos había abandonado sin decir ni una razón.

—¿Amber, verdad? —cuestionó Claudia—. Estás preciosa, tus risos dorados y tus ojos claros... eres idéntica a mí de joven.

Vale, aquello era cierto. A pesar de que, bueno, ella a mi edad era un chico. Siempre había visto fotos de cuando mi madre salía con mi padre y sí, tenía razón, había sacado sus ojos y color de cabello.

—Gracias —me limité a responder, mientras la hacía pasar a la sala. Mientras que el señor Carson se ocupaba de cerrar la puerta.

Una vez que llegamos a la sala, todos estaban sentados por los sillones. Expectantes, mientras mi madre bebía de su copa de vino.

—Eh... bueno, tenemos una visita de improvisto —anuncié.

—Ni que lo digas —murmuró mi madre.

—Ella es... Claudia Scott... es mi... otra mamá —dije, tratando de presentarla.

Tanto los Carson como mi hermana y madre, seguían asombrados. Silenciosos y estáticos.

Hasta que el padre de Oliver habló.

—No puedo creer que te vuelvo a ver, Pushi —le dijo, para luego abrazarla, emocionado.

Sonreí ante aquello, Oliver me había contado que nuestros padres solían ser amigos y, el hecho de que su padre no actúe de mala manera, me hacia feliz.

—Es un honor conocerla —le dijo Oliver, ni bien su padre se alejó de Claudia. Y esta, le tendió la mano, y como era de esperar, Oliver no dudó en estrecharla.

—Imagino que eres el novio de Amber —comentó Claudia mirándonos picara.

Oh, no.

No, no y no.

Edición limitada [COMPLETA]Where stories live. Discover now