hurricane 🜚 james potter ✓

🐍 •.✶˚▍𝟬𝟮𝟲. truth or dare?

—Me gusta —dijo Olivia antes de fruncir el ceño—. Debería haber pedido lo mismo.

— Aquí —le toma el té y le da su chocolate con leche.— Cambiemos.

La brillante sonrisa que cubría su rostro fue suficiente para que James se olvidara del hecho de que odiaba el té verde.

—Gracias. —dijo dándole un beso en la mejilla.

Él le sonríe antes de mirar a su alrededor para ver si alguien puede escucharlos. El debatía si debería hacerlo, finalmente hablar con ella sobre algo que lo había estado molestando sin cesar. Él sabía que quizás una habitación llena de muggles no es el mejor lugar para hablar, pero no puede evitar que no le importe en este momento.

Se preguntó si ahora era el momento adecuado para hablar de ello, pero sería el único momento que tendrían juntos. Desde que habían llegado el resto de sus amigos, la pareja siempre estaba rodeada y James no estaba dispuesto a contarles a todos un secreto que ella había confiado en él lo suficiente como para compartirlo con él.

— Liv —llama su atención, su voz tiene un tono de urgencia.— ¿Qué pasó en el orfanato? Tienes que decírmelo.

James había intentado deshacerse de eso. Realmente lo había intentado, pero su conciencia se negaba a permitírselo. Si su comprensión de la situación es correcta, Olivia habría asesinado a cinco personas.

—¿Podemos hablar de esto en casa? —preguntó mientras que el humor en su voz se había ido y James negó con la cabeza.

—No. Tenemos que hablar de eso ahora. Solo dime qué pasó, bebé. Cuéntame a través de eso. ¿Cómo terminó así?

Olivia vaciló por unos momentos, pero finalmente cedió.

—No sé. Nunca supe que podía hablar con las serpientes, pero llegamos y vi a la serpiente allí y pude entenderlas. D-Deben haber entendido mi enojo. Me dijeron que la gente de ese lugar era malvada, que cazaban animales del bosque detrás de la casa. Serpientes, caimanes, ciervos, cualquier cosa que pudieran tener en sus manos.

—¿Qué pasó después? —le preguntó James al escuchar la vacilación en su voz.

— Dije... —se calló, como si luchara por dejar salir las palabras.— Dije que la gente como ellos no merece vivir.

—¿Le dijiste a las serpientes que las mataran, Olivia? —preguntó directamente yendo al grano, sin saber de qué otra manera expresarlo. Necesitaba saber, por su cordura, y también por la de ella.

Olivia rápidamente negó con la cabeza.

—No. No, por supuesto que no. Me llamaste y nos fuimos, luego lo vi en las noticias muggle al día siguiente.

Soltó un suspiro que no se había dado cuenta de que estaba conteniendo. Se sintió como si le hubieran quitado un peso del hombro y no pudo evitar la sonrisa que se apoderó de su rostro. Él ahuecó su mejilla antes de inclinarse hacia adelante y plantarle un suave beso en la frente.

—No es tu culpa, cariño.

—Se siente así. —murmuró.

Sin embargo, antes de que James pudiera responder, la instructor acamino hacia ellos, lo que hizo que Olivia se alejara.

— ¡Hola, chicos! Espero que esta sesión les haya resultado útil.

James puso una sonrisa falsa, sabiendo que no la habían encontrado útil en absoluto. La forma en que los muggles y los magos trataban el parto era astronómicamente diferente y, por lo tanto, todo lo que aprendieron en esa clase sobre el trabajo de parto y demás no se aplicó a ellos.