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31 Diciembre 20XX - 04:16 p.m.

Hendery necesitaba dinero de manera urgente para pagar los medicamentos de su novio sino definitivamente el chico no llegaría al año siguiente. Sus palmas temblaban y estaba lleno de sudor mientras trataba de cumplir con su trabajo. Se desconcentró tanto que el ruido de la puerta de su auto cerrarse le sacó un susto.



Era un chico.



El chico le sonrió amablemente y le dio la dirección de su casa. Parecía bastante cargado, probablemente con las compras para la cena de hoy.

Parecía toda la comida que él acostumbrada a comer en un mes.


De cualquier forma arrancó.


Y se lamentó tanto por aquel chico. Alguien muy hablador e hiperactivo estaba a punto de callarse para siempre y la peor parte era que Hendery no sentía remordimiento. Rápidamente el chico se dio cuenta de que no estaba manejando hacia la dirección que le había dado y le habló un par de veces "¿Este es el camino correcto? Porque se ve distinto" y Hendery se limitaba a guardar silencio.

Podía sentir su miedo inundar el auto por completo, como un conejillo asustado dentro de una jaula en un matadero.

Quizás el chico estaba tan asustado que ni siquiera pensó en defenderse y Hendery lo veía hacerse un ovillo en el asiento trasero; abrazar sus piernas y limpiarse una que otra lagrima quizás de preocupación, ¿Cómo había dicho que se llamaba? Lo dijo cuando subió... Ah, Jaemin.


Y después llegaron a su destino.



—Quédate aquí, si veo que te mueves perforaré tu cabeza con un taladro.



El chico asintió.



La verdad es que Hendery estaba igual de asustado que él.

Se bajó del carro y caminó al interior de un edifico en mal estado que parecía estar en medio de la nada.

En el interior tres hombres desnudos jugaban a arrancarle la piel a una chica desnuda también con el rostro desfigurado. La mujer todavía gritaba y lloraba suplicando que la dejasen en paz, un cuarto hombre se veía desinteresado revisando su celular.

Hendery fue hacia él.



—Tengo a un chico en mi auto —habló claro y fuerte, todos le prestaron atención. Hizo un esfuerzo para no temblar—, vayan por él.



—Yuta, tráelo —Ordenó el que estaba en el celular.



—Seguro —uno de los que estaban con la chica se acercó a Hendery para tomar las llaves y salió. Hendery pensó que quizás aquel sujeto no se había dado cuenta de toda la sangre que había en su piel o de que estaba yendo desnudo al exterión. Es decir, parecía que ni siquiera le importaba. 


—¿Sigues aquí?



—Yo, sí —relamió sus labios y los abrió para volver a hablar. Sin embargo se vio interrumpido por Yuta que llegaba arrastrando al chico quien trataba desesperadamente de escapar.



—¡Mira Taeil, es exactamente el tipo ideal de Lucas! 


—Cielos, quita a esa zorra de aquí y acuéstalo a él.



Hendery no volteó pero pudo oír como echaban el cuerpo de la chica moribunda al piso y comenzaban a amarrar a Jaemin a la mesa y este les gritaba una y otra vez que lo dejasen en paz.

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