hurricane 🜚 james potter ✓

🐍 •.✶˚▍𝟬𝟭𝟵. hogsmeade

¿Ella y Samuel habían dedicado sus vidas a mantener a salvo a su hermana pequeña y ahora ella estaba embarazada?

Y con el hijo de James Potter nada menos, algo que Amara nunca pensó que oiría.

Tal vez reaccionó mal cuando se enteró, pero era imposible no ver a Olivia como la niña de seis años que se colaba en su habitación con el osito de peluche que Amara había tejido en su clase de estudios muggles agarrado en sus manitas, labios temblorosos y ojos llorosos iluminados por la luz de la luna.

Amara amaba a sus hermanos con cada parte de ella. Había dedicado su vida por ellos, por Olivia. No era una mala hermana. Reaccionó mal y tal vez era hora de reconocer sus errores, pero Amara nunca había sido buena pidiendo perdón.

Todo lo que siempre quiso fue que Olivia viviera una vida plena y feliz. Si ese bebé y James Potter le daban eso, que así fuera. De todos modos, nunca esperó vivir lo suficiente. La muerte de Olivia había sido profetizada, pero Amara tenía toda la intención de evitar que eso sucediera, de tomar su lugar.

—¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este? —dijo una voz con un fuerte acento escocés haciendo que Amara levantara la vista de su bebida para ver a un chico rubio con una gran sonrisa y un rostro radiante.

—Voy a encontrarme con alguien. —responde ella tomando un sorbo de su cerveza.

—¿Conocer a alguien, eh? —preguntó mientras limpiaba el mostrador— Las únicas personas que vienen aquí son las poco fiables.

—¿Eres uno de los dudosos? —Amara arqueó una ceja desafiante.

—Podría serlo. —se encogió de hombros con indiferencia con una sonrisa burlona en los labios, pero Amara se encontró sin creer en sus palabras, su rostro era demasiado amable, su sonrisa demasiado amplia, sus ojos demasiado cálidos y sus palabras demasiado atractivas.

—Mejor mantente alejado entonces. —respondió ella y el hombre solo se rió entre dientes.

— No, solo estoy jugando contigo. Solo estoy aquí para hacer algunos galeones. Mi sobrino está cumpliendo uno, se llama Oliver. Estoy ahorrando para comprarle una de esas costosas escobas de juguete.

El fantasma de una sonrisa llegó a los labios de Amara. Tenía razón. Este hombre es amable.

— También tengo una sobrina o un sobrino en camino. Mi hermana está embarazada.

—¡Eso es genial! —dijo con entusiasmo.— Adoro a mi sobrino demasiado, aunque a veces puede ser un poco ruidoso.

Amara solo dio una pequeña sonrisa en respuesta, terminando la conversación, no tenía tiempo para charlar con chicos rubios lindos que trabajaban en un pub como Hogshead.

—¿Cómo te llaman? —preguntó de nuevo con la misma amplia sonrisa en su rostro nunca se detuvo.

Amara lo miró a los ojos. Él era persistente.

— Una perra.

Su risa fue contagiosa, lo que hizo que Amara soltara una sonrisa.

— Bueno, me llaman Alexander. Alexander Wood.

Su sonrisa fue reemplazada por una agridulce cuando Maxwell volvió a entrar en su mente. Maxwell Alexander. Solía ​​decir que su nombre era demasiado formal, demasiado purasangre.

— Amara —dijo finalmente — Amara Kinsley.

— Entonces, ¿con quién te encontraras aquí, Amara?

— Mi hermano.

— Es cuestionable el lugar que elegiste para la reunión familiar —comentó aunque no fuera de su importancia y Amara se encogió de hombros.