Un visitante inesperado.

Nunca más

   "Esta vez no", me dije a mí misma. Esta vez no dejaría que me cautivara con aquellas palabras seductoras, esta vez no escucharía todas las mentiras que salieran por su boca, esta vez era más fuerte y no le volvería a entregar el poder de acabar conmigo, pues estaba claro que era la única persona que lo conseguiría. Eso era lo que quería, por éso volvía a mí después de tantos años, para volver a sentir la satisfacción que ya sintió una vez cuando casi logró consumirme por completo, pero eso ya no volvería a pasar.

   Le conocía perfectamente, sabía cómo pensaba, lo sabía  todo sobre  ella. Me sabía su rostro de memoria, solía contar las pecas que salpicaban sus mejillas y acariciar sus largos cabellos dorados. La llevaba siempre conmigo, allá dónde fuera siempre me acompañaba y también solía encontrármela muy a menudo, reflejada en cada espejo.

    Porque se trataba de mí, de la parte de mí que me precipitaba al vacío, de esa parte que me quería muerta, de esa parte que una vez casi lo consigue.

     Había vuelto, después de tanto tiempo había decidido regresar al punto de partida para poder finalizar lo que un día comenzó y ahora luchaba por abrirse paso en mi mente.

         Pero esta vez no, esta vez iba a clausurar la entrada, a prohibir su paso, a detenerla en la aduana. Ahora la dueña de mis pensamientos era yo y esa parte ya no me pertenecía nunca más.

        Hace tiempo que dejé de ser su esclava, hace tiempo que todos los insultos que hace retumbar en mi cabeza ya no hacen mella en mí y aunque lo intente otra vez, ahora soy inmune.

          Porque me niego a ser mi propia destrucción. Nunca más.