10. ROBIN HOOD

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Capítulo en proceso de edición
Mis padres solían leerme múltiples veces una historia en particular, Robin Hood, el valiente arquero que robaba a los ricos para abastecer a los pobres, el luchador de los derechos de los oprimidos súbditos sajones contra la tiranía normanda.
Yo había crecido fantaseando con esa historia, imaginándome los bosques de Sherwood con una precisión inigualable. Sin embargo, jamás creí que terminaría en su posición y mucho menos, imitando sus acciones.

Pero supongo que nadie puede saber con el correr de los años que tan lejos de tus anteriores planes te arrastrará la marea y qué decisiones te verás obligado a tomar a raíz de eso.
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Año 2148 (un año ante de la llegada de los cíen a la Tierra)

Monty enseñó sus cartas.

—Escalera.

Eran buenas pero superables.

Luego fue el turno de Jasper, quien estaba en la misma celda pero lo suficientemente alejado como para que no le vieran las cartas.
Tenía un Full, tres cartas del mismo valor y un par de otro mismo valor, superando la jugada anterior.

Le tocó a Octavia, la recién llegada compañera de celda de Riley. Solo llevando un par de meses desde su llegada, Octavia se había ganado un lugar bien merecido en el grupo.

Sonriendo con satisfacción dejo caer las cartas al suelo y señaló lo que tenía.

—Póker.

Los dos muchachos resoplaron creyendo que ya habían perdido.

«Lo habían hecho, pero no contra quien creían.» pensó la rubia.

—Han sido unos decentes contrincantes, pero no lo suficiente.— dejó su mano al descubierto—. ¡Escalera real de color, perras!

—¿Qué? ¡No!—se quejó su compañera.

—¡Otra vez! ¡Seguro esta haciendo trampa!

—Octavia revísala—le ordena Jasper y Octavia se lanza sobre ella buscando alguna carta escondida.

—Nada—masculla por lo bajo y los otros dos protestan.

—Entonces—Monty se pone de pie y se dirige a la pared del fondo de su celda donde las letras R, O, M y J estaban escritas seguidas de muchas rayitas—. Riley lleva la delantera con 210, le sigo yo con 200, luego Octavia con 194 y por último nuestro querido Jasper con 187.

Riley aplaude emocionada.

Esos valores eran la cantidad de victorias que habían acumulado en múltiples juegos. Las sumaban todas y al terminar el año, le debían obsequiar algo al ganador o ganadora.

«Acceso permitido, abriendo compuerta 13» Se oyó por los altavoces.

—Ya ya—susurró Riley mientras los chicos escondían las cartas, y con Octavia guardaban algunos objetos que habían conseguido a través de contactos y contrabando con otros delincuentes.

—De pie y manos a la cabeza—el mismo guardia de siempre apareció y abrió ambas celdas—. Al comedor.

Salieron y caminaron uno detrás del otro con las manos en alto, como dictaba el protocolo. Al llegar, los guardia que custodiaban la entrada, abren las puertas y una vez que estaban todos dentro las cerraron de un portazo.

Dejaron caer sus  brazos y se adentraron en el bullicio del pabellón de comida, o basura, cualquiera de los términos aplicaba.

—¿Cuáles son las sobras de hoy?—preguntó Jasper, quien ahora que Riley lo observaba con buena luz y detenimiento, portaba las ridículas gafas que le habían obsequiado entre los tres por su cumpleaños.

𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐨𝐝𝐢𝐬𝐞𝐚 || Bellamy BlakeWhere stories live. Discover now