• - Q U I N C E - •

Magsimula sa umpisa
                                        

- ¿Necesitas ayuda por acá? - Oí su voz y todo en mi interior se descolocó. El castaño se acercaba a mi, notando que habían muchos lugares libres por decorar en los estantes de mi parte. - Te ayudo, si querés.

«Contestale algo, boluda» Me reprochaba yo, con un gran nerviosismo.

- S-Si, gracias. - Tragué grueso y me hice a un lado para darle lugar a Valen.

- No es nada. - Esbozó una sonrisa, y comenzó a pegar las decoraciones en los estantes a mi lado.

Los rayos del sol traspasaban la ventana, dejando la luz sobre el rostro de Valentín, iluminando la mitad de su cara. Yo lo miraba de reojo, disimuladamente, notando como sus ojos se aclaraban y sus pequeñas pecas resaltaban encima de su nariz. Lo sentía como una obra de arte la cual nunca me cansaría de apreciar. Era tan hermoso, que inevitablemente causaba sensaciones en mi las cuales nunca podría expresar con simples palabras. Todo eso y mucho más, podía llegar a experimentar con tan solo mirar a Valentín Oliva.

Necesitaba decirle lo que me pasaba, ya no podía seguir reteniendo tan fuerte amor dentro de mí. No sabía qué podía llegar a decirme, pero ya no lo pensaba, solamente quería que él supiera lo mucho que yo lo amaba.

Solté por un momento la decoración para dirigirme a Valentín, y lo llamé por su nombre. Me sobresalté al escuchar que él también me había llamado al unísono, y nuestras voces se taparon una a la otra. El castaño soltó una pequeña carcajada por la situación y yo me limité a sonreír con timidez.

- Habla vos primero. - Me dijo con una sonrisa dulce que me encantaba.

- N-No, decime vos. - Mientras más evitaba hablarle, mejor. Estaba muy nerviosa, quizá conversar con él un rato podría ayudar a soltarme y así no trabarme cuando llegue el momento importante.

Valentín asintió ante mi pedido y echó un suave suspiro para proseguir con la charla. - Quería preguntarte algo, Juli.

Qué hermoso se oía mi nombre en su voz...

- ¿A mí? - Solté sin pensar, algo sorprendida. No me esperaba que él estuviera pensando en decirme algo justamente a mí, pero eso no evitó que una pequeña ilusión se me aparezca. - D-Digo, ¡Si, obvio, preguntame!

Su mirada se desvió hacia la decoración, nuevamente, y siguió con el trabajo, algo dudoso. - ¿Cómo sé si una chica... siente algo por mí?

Mí corazón se detuvo por un momento, y pude sentir inevitablemente como se me enrojecían las mejillas. ¿Acaso se había percatado?

- E-Eh... - Mordí mi labio con nerviosismo al no saber cómo responderle. Me sentía avergonzada pero al mismo tiempo ilusionada por pensar que el castaño podía estar fijándose en mi sin que yo me diera cuenta. - Por la forma en la que te mira, creo yo.

Valentín entrecerró los ojos ante aquella respuesta, y se quedó pensando algunos segundos como si estuviera acordándose de alguien en específico. - Ah...

Cuando no emitió otra palabra, mis ganas de saber aumentaron. - ¿Vos crees que le gustas a alguien?

¿Estará pensando en mí, y por eso me lo preguntó?, ¿Pudo haber sido una indirecta para que yo supiera que él se había dado cuenta?, No podía dejar de hacerme tanta ilusión, deseaba que ese chico lo supiera.

Valen me miró y tragó grueso, como si se hubiera puesto nervioso. Sus ojos viajaron a los adornos nuevamente, y echó un suspiro entristecido antes de contestar. - No, de hecho, siento que le caigo mal.

¿Toda mi ilusión? Se fue a la mierda. Era obvio que no estaba hablando de mi, ¿cómo podría creer que no me caía bien?

Valentín tenía a otra chica en la cabeza, y se sentía triste por pensar en que le caía mal. ¿A quién podría caerle mal...?

• c u p i d o ; wos •Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon