Tzuyu sintió su corazón estrujado al ver a Sana así, su loba estaba igual que ella, pero con ganas de pelear con lo que sea que esté haciendo llorar a su omega.

La mayor envolvió a Sana en brazos, apoyado el rostro de la otra sobre su cuello, para que respirara su aroma, mientras acariciaba la espalda de la omega hasta que los espasmos del llanto desaparecieron.

-Agradezco con todo lo que tengo el sólo haberte encontrado, Sana- dijo, hablando con voz tranquila, baja, cerca del oído de la omega-, y que seas mía- su loba habló sin su permiso, aunque no podía decir que ella no estaba de acuerdo.

Sana no dijo nada, respirando pesadamente, haciendo un esfuerzo para no volver a llorar.

Ella no era una omega llorona, pero lo atribuía a la presencia de Tzuyu el estar tan sensible.

-No quiero irme- dijo, finalmente.

-¿Crees que yo sí quiero que te vayas? - respondió con automática ironía, haciendo que una risa pobre de Sana surgiera-. Sé que no puedo mantenerte escondida para siempre, tampoco quiero que sea así. Soy muy afortunada porque puedo tenerte unos días más.

Sana guardó silencio, Tzuyu sintió cómo la omega no quería decir algo.

-¿Qué pasa?

Un suspiro tembloroso surgió de los labios de la omega.

Se separó de Tzuyu para mirarla al rostro, con los ojos rojizos por las lágrimas.

-Mi celo se fue- dijo.

Tzuyu frunció un poco el ceño, confundida.

"¿No debería durar unos días más?"

Su entendimiento de los celos llegaba hasta cierto punto, pero de lo que menos sabía era cuando terminaban.

Por lógica, el olor debería bajar, ya no debería ganas de tener relaciones sexuales y dejaban de producir lubricante natural.

Aunque todo el lugar seguía oliendo a Sana, después de estar días encerrada allí, el olor se notaba tan fuerte como si estuviera en celo, además, de que debía haber terminado hacía poco.

Sana notó la confusión en el rostro de Tzuyu.

-Ya no tengo la necesidad de consolarme, unnie. Ni estoy...húmeda- dijo, con las mejillas rojas con algo de vergüenza-. Mi celo terminó.

Tzuyu sintió su alma caer a sus pies, comprendió la actitud de Sana, la única excusa que tenía para que la omega se quedara ya no era válida, y la idea de regresar con su familia, de no estar más a su lado, era horrible y real.

Noto que las lágrimas volvieron a ahogar sus ojitos, Tzuyu tomó sus mejillas, besando su frente, luego su nariz para terminar en los esponjosos labios de la omega, ahogando un sollozo, dejando un beso sutil, antes de volver a abrazarla, dejando que Sana llore de nuevo, intentando disimular las lágrimas en sus propios ojos.

-Ven- dijo Tzuyu, bajo, tomando la parte posterior de las piernas de Sana, alzándola, la otra acomodó sus piernas alrededor de la mayor, sintiéndose como un bebé entre los brazos de su alfa.

Tzuyu la llevó hacia la cama, apoyando su propia espalda en la pared de la cabecera, acarició con cariño el rostro de Sana, haciendo que esta separa su rostro de ella para mirar sus ojos.

Los ojos oscuros de la omega se abrieron un poco de sorpresa al encontrar las lágrimas retenidas en los ojos gatunos de la otra.

Tzuyu dio su mejor esfuerzo para sonreír, aunque sólo logró que sus lágrimas comenzaran a salir.

Acarició la mejilla de Sana con ternura, la chica se frotó un poco en su tacto, hizo un ruido parecido a un ronroneo.

-Puede sonar horrible, Sana, pero....Eres hermosa incluso cuando lloras- dijo, con una mezcla amarga y dulce en su pecho, lo que sintió por lo que ocurrió en ese momento y lo que sintió cada vez que miraba a Sana, mezclado-. Y soy la persona más afortunada del mundo por sólo conocerte.

-Unnie ... Esto suena como una despedida, no me gusta- Sana negó, haciendo un leve mohín adorable a los ojos de Tzuyu.

-No sirvo para despedidas, Sana...Si hay algo más que tenemos en común es en huir- dijo, intentando sonar un poco humorística, fallando.

Sana se inclinó, besando a Tzuyu con lentitud, recorriendo su boca sin apuro, saboreando sus labios con amor.

Fue hacia su cuello para oler el aroma a café y pino, apoyando su frente en el hombro desnudo de su alfa.

-¿Por qué tengo que dejar a la única persona de la que no quiero huir?

Tzuyu acomodó su frente sobre el hombro de Sana, haciendo lo mismo que ella.

-Desearía que eso fuera sólo una pregunta- murmuró.

Se mantuvieron en silencio unos cuantos segundos, cómodos con el calor de la piel de la otra.

-Tzuyu- la otra asintió un poco para dar a entender que la escuchaba-, cuando me quite el collar, te lo haré saber.

-¿Cómo, Sana? No tengo celular, dudo que vayas a buscarme a la universidad o al trabajo ... ¿Cómo?

Tzuyu se dio cuenta que quizás había sonado un poco brusca, y tuvo miedo que Sana sólo se sintiera mal por sus palabras.

Pero antes de hablar, la omega se le adelantó:

-De alguna manera, lo prometo.

𝐃𝐄𝐋𝐓𝐀  |「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」 Where stories live. Discover now