C Y A R A

307 46 17
                                    

Devine Hell era el significado literal de fantasía. O tal y como su nombre lo indicaba, el infierno divino.

Quizá era el alcohol que ya corría por sus venas desde el momento que pisó el lugar, o el momento, quizá porque se encontraba sola a pesar de que había un mar de gente a su alrededor; pero, de pronto, se encontró a sí misma dejando el vaso- que anteriormente contenía tequila- en la barra y se dirigió a la pista de baile. Había perdido de vista a sus amigas hacía ya bastante tiempo, por lo tanto tendría que continuar esa noche de fantasía por sí sola.

La canción que estaba sonando era totalmente desconocida para ella pero eso no le impidió bailarla de esa forma que solo ella sabía hacer. Varias miradas se posaron en el sensual baile que estaba protagonizando, icitándola a seguir durante los minutos restantes de canción.

A tan solo metros se encontraba un hombre, mirándola con una mirada cargada de lujuria. Sus manos estaban metidos en los bolsillos de su pantalón, dándole un aspecto informal. Atrapó su labio inferior entre sus dientes y lo deslizó por este antes de acercarse con pasos lentos hasta la joven.

Ninguno de los dos pronunció ni una sola palabra, sus cuerpos parecían estar conociéndose de una manera muy interesante. Las manos de él parecían adaptarse perfectamente en su cintura y el ritmo de la canción parecía estar hecho única y exclusivamente para su baile.

—¿Me dirás tu nombre, ángel? — cuestionó él en cuanto la canción se terminó, una nueva melodía había empezado a sonar pero los dos eran totalmente ajenos a ella.

—Cyara. — respondió sonriendo de forma ladeada—. ¿Y tú eres...?

—Bryant. — dijo rápidamente mientras extendía su mano, la joven que estaba enfrente no tardó en tomarla y él no dudó en llevarla a sus labios para besar sus nudillos—. No sabía que los ángeles podían visitar el infierno así por así.

—No sabía que los demonios se interesaran tanto por ello. — murmuró divertida.

El ambiente no había bajado después del caluroso encuentro que habían tenido bailando, al parecer no hacía más que aumentar. Tal vez por las miradas que se dedicaban el uno al otro, tal vez por las frases tan bien hechas que salían de sus labios o tal vez porque ambos estaban buscando lo mismo en esa noche.

—Te invito a tomar algo. — le hizo saber mientras se acercaban a la barra y le hacía un gesto con las manos a la camarera.

—No necesito que tú me invites, ¿lo sabes, verdad? — preguntó alzando una de sus cejas.

—Lo sé, señorita. — respondió mientras ponía los ojos en blanco, en señal de fingida molestia.

Las tenues luces rojas a su alrededor le daban un aspecto de película al club, haciéndolo verse como el verdadero infierno pero con su toque de fantasía. Era un lugar jodidamente caliente en el que cualquiera desearía estar.

Cyara pasó su dedo índice por el vaso mediolleno que estaba en la barra desde hace apenas minutos, sabía que el hombre estaba hablando porque lo había visto mover los labios en varias ocasiones pero ni siquiera estaba prestando atención a lo que le decía. Cuando menos se lo esperaba, sintió los húmedos labios de él sobre los suyos; besándola por sorpresa. Ella jadeó ante su inesperada acción pero no dudó en seguirle el beso, el exquisito sabor de sus labios con la mezcla de tequila lo hacía mucho más delicioso.

Se sorprendió al darse cuenta que sus manos habían pasado a su nuca, enredando pequeños mechones de su cabello. Pero sobre todo, que estaba disfrutando ese beso más de lo que se podría imaginar.

Bryant besaba condenadamente bien y eso no se podía negar.

—¿Por qué cojones has hecho eso? — preguntó cuando él se separó apenas unos centímetros de su boca.

—Vi que estabas distraída, necesitaba volver a tener tu atención en mí de alguna forma. — dijo torciendo los labios en una maliciosa sonrisa.

—Es una gran forma de llamar la atención. — respondió casi en tono sarcástico, sin embargo, al darse cuenta de cómo la estaba mirando decidió ir más allá— ¿En que se supone que estás pensando?

No era muy difícil darse cuenta. Sus pupilas estaban dilatadas, su respiración todavía seguía agitada después de haberse comido las bocas... Y estaba segura que si bajaba un poco la mirada se encontraría con un bulto en medio de las piernas de Bryant.

—Podríamos hacerlo aquí. — murmuró relamiendo los labios, una de sus manos acunó el rostro de Cyara mientras ella lo miraba con interés.

—Podríamos.

—Y en muchas posiciones.

—¡Vaya! — exclamó sonriendo—. Pero si además de cachondo estás creativo.

—Y tú muy graciosa. — respondió en el mismo tono de voz.

La joven rió antes de llevar las manos a su rostro y tirar de él para volver a besarlo. Esta vez, tomándolo a él por sorpresa.

—¿Dónde están los baños? — preguntó sobre sus labios haciendo que Bryant jadeara contra su boca.

—Yo te guío.— susurró antes de hacer lo que le había dicho, llevándola consigo a los baños que quedaban más cercanos.

Sus labios parecían no querer despegarse en ningún momento, estaban demasiado concentrados comiéndose las bocas que no se dieron cuenta cuando sus manos empezaron a deshacerse de las prendas que impedían continuar.

Bryant no pierde el tiempo, la agarra con firmeza de las caderas y la empuja hasta que su espalda choca con la pared. Esta vez la besa con violencia, adentrando su lengua an su cavidad bucal y dándose el lujo de explorarla a su antojo. Las manos de Cyara no tardan en bajar la cremallera de su pantalón para liberar su erección.

—Dime que lo deseas tanto como yo. — susurró mientras sus labios bajaban hasta su cuello.

—Jodida mierda, lo deseo. — le hizo saber mientras se relamía los labios.

Él la agarró de los muslos y la alzó; con un movimiento ágil y resuelto, la penetró hasta el fondo. Sus manos suben hasta su trasero, clavando los dedos en la firme carne de estos. El lento vaivén en el que empieza no tiene comparación con el que le sigue minutos después, cada vez más acelerados. Golpeando su punto rico una y otra vez con cada embestida, llenándola por completo. A su misma vez, él se deleitaba en el calor que lo envolvía, disfrutando la fricción de sus cuerpos.

—Cyara... — un gutural gruñido se escapó de la garganta de Bryant en cuanto sintió el orgasmo invadir su cuerpo.

—Uh-hum... — dijo mientras mordía su labio inferior con fuerza, liberándose de un intenso y devorador orgasmo.

No necesitaron de palabras para cuando consiguieron volver a la realidad. Acomodaron su ropa, aún un tanto aturdidos por lo que acababa de pasar y salieron del baño como si no hubiera pasado nada.

—Un momento, ¿no anotarás mi número? — preguntó haciendo un puchero, Cyara lo regresó a mirar y le extendió su teléfono móvil. No era su prioridad en esos momentos, ni siquiera se imaginaba que él estuviera interesado en que eso fuera algo más allá de esa misma noche.

Él fue rápido en anotar su número y, cuando le extendió el teléfono de vuelta, Cyara aprovechó el momento para besarlo una vez más. La última vez en la noche y tal vez la última en sus vidas.

Pero no fue cualquier beso, fue ese tipo de besos que te dejan las piernas temblorosas y la mirada borrosa. Ese tipo de besos calientes, intentos e inolvidables.

La joven se relamió los labios para disfrutar del sabor de su acompañante antes de guiñarle un ojo y darse la vuelta, la mirada de Bryant no se despegó del movimiento que hacían sus caderas en cada paso que daba hasta que ella se perdió en la multitud.

DEVINE HELLWhere stories live. Discover now