Al acostumbrarme a la luz me di cuenta. Todo fue una espantosa pesadilla. Dylan no estaba aquí. Parpadeé varias veces y lo vi. El estaba sentado en el suelo.

— ¿Estás bien? — Me miraba fijamente. Sentía frio en mi piel desnuda. Él se levantó del suelo dejando a mi vista su perfecto torso, iba vestido solo con un bóxer azul marino. Miré hacia abajo. La cobija envolvía mis piernas, pero solo un sujetador cubría mi pecho. Tomé la suave tela entre mis manos y me cubrí rápidamente. Sentí toda mi sangre hervir y subir hasta llegar a mis mejillas. — ¿Por qué te cubres? Conozco todo tu cuerpo, Desirée. —¡Oh no!

— ¿¡Tú y yo...!?

—No, Ojitos. —Rió. —Si ibas a preguntar si tuvimos sexo. La respuesta es: No, puedes estar tranquila. —Carcajeó. Suspiré de alivio.

—Gracias a Dios...

—Te escuché gritar y corrí a ver qué pasaba...Sin darme cuenta de que estaba desnudo, bueno, semidesnudo. Sabes que me gusta dormir así. —Asentí con la cabeza, aun cabizbaja.

—Gracias por despertarme. — Lo miré a los ojos, tratando de evitar su cuerpo.

—De nada. Me sirvió para recordar que tan pesada es tu mano.

—Yo... Lo lamento.

—No te preocupes... Estabas dormida. — sonrió. Ahora estaba de pie frente a mí. — Ya estás más tranquila...Deberías volver a dormir. Solo piensa en cosas bonitas, ojitos. — Lo vi alejarse. Veía su espalda, y admitiré que su trasero también, sus largas piernas y su cabello. Me extasié tanto que no me di cuenta en que momento las palabras salieron de mi boca.

—Harry quédate conmigo. — Se detuvo en seco. Giró su cabeza a un lado. Podía ver su perfil. Mi respiración ya se había normalizado del todo. Palmeé el espacio vacío de la cama. —Por favor — sonó más como una pregunta que una petición. Volteó su cuerpo hacia mí, me miraba con el ceño fruncido.

—Está bien, Des... — Se sentó a mi lado. —Me quedare hasta que duermas...

—No. — lo interrumpí. — quédate a dormir conmigo. Como en los viejos tiempos, ¿recuerdas? —Se recostó a mi lado, y halé la sabana para cubrirlo. Cerró sus ojos ante mi toque. —Tu... ¿estas cómodo? — me miró. — quiero decir... No te sientes incómodo por estar aquí conmigo, ¿no? —negó con la cabeza y cerró sus ojos. Había una distancia considerada entre nosotros y en ese momento estaba odiando esa distancia. Lo quería cerca, más cerca.

—¿Realmente me odias? —Me miró. Negué con la cabeza.

—No... — ¡Te Amo, Harry Styles! —No estaría aquí si te odiara. Y tú, ¿me odias?

—No. Nunca podría odiarte, ojitos. — sonrió. — ¿Qué clase de persona odia a su mejor amiga?

—¿No te parece que el titulo nos queda algo grande, Harry? — Inquirí mientras miraba hacia el blanco techo. —"Mejores amigos" No hemos compartido ningún momento de alegría en mucho tiempo, todos eran de molestia.

—No me parece. —Respondió. Lo miré y el fruncía el ceño. — Porque... Una amistad no depende de que tanto tiempo pases con otra persona. Depende de que aun cuando haya pasado mucho tiempo sin estar con ella, siguen teniendo la misma confianza como antes... Eso lo leí en alguna parte. —Reí. — Des, sigo confiando en ti como cuando éramos un par de... Niños. Sé que quizás te he dado motivos para desconfiar... Soy un idiota.

La sabana cubría la mitad del pecho de Harry, quería tocar su torso. Quería sentir su piel bajo mis manos. Volteé mi cuerpo para quedar frente a él, admirando su perfil. Por debajo de la sabana levanté mi mano y esta viajó hasta aterrizar sobre el lado izquierdo de su pecho, donde debía estar su corazón. Se tensó ante mi toque, su corazón llevaba un ritmo tranquilo.

—Des... — Sus ojos se conectaron con los míos. — Soy...

—Mi mejor amigo. — sonreí. Me acerqué más a su cuerpo. Necesitaba sentir su calor. Recliné mi cabeza sobre su pecho. Y me percaté del asunto. ¿Cómo no podía sentir vergüenza frente a él? Yo estaba solo en ropa interior. Pero la verdad era que estaba cómoda. Me sentía cómoda junto a él de esta manera, tan limpia, tan...

—Des... Estamos piel con piel. —Habló ronca y lentamente. — Yo... Soy un hombre. Y estas volviéndome miserablemente loco. Tenerte tan cerca de mí, de esta manera, me está haciendo imaginar muchas cosas. Tengo que ser sincero contigo... Tú, tú eres una mujer y estas... ¡Demonios! — Volteó su cuerpo hacia mí. Sentí su mano posarse sobre mi cintura desnuda, y como si fuera una orden mi mano voló a su brazo. —Estas jodidamente excitante. — Me deje caer. Mi espalda estaba contra el colchón, de modo que su mano resbaló hasta mi vientre. Él acortó la distancia entre nosotros, sosteniendo con un codo su peso.

—Quiero besarte. — Su rostro estaba muy cerca del mío. ¡Él quería besarme! — ¿¡Qué demonios estoy pensando!? — Habló en un tono alto alejándose rápidamente de mí. — Yo-o...—Parpadeó varias veces. —Eres mi mejor amiga, no puedo. Mis hormonas están jugando conmigo. Lo siento...

—Harry...

—Lo siento... Discúlpame. De verdad, lo siento. — Se levantó. Salió de la habitación, dando un fuerte golpe a la puerta al cerrarla, lo que me hizo brincar sobre la cama.


***

Supuestos Hermanos | Harry StylesWhere stories live. Discover now