Capítulo 13.

1.7K 119 24
                                    


Abrí mis ojos. No sabía cómo había llegado a esa habitación. Suponía que me había quedado dormida en el sofá mientras conversaba y tomaba vino con Harry y él me había traído. Al tirar mi vista hacia la ventana me di cuenta que aun debían ser las dos o tres de la mañana aproximadamente.

Tenía sed, mucha sed. Mis labios estaban completamente secos. Me levanté de la cama en busca de mis zapatos. Cuando me los coloqué me di cuenta de algo: llevaba ropa y mis zapatos no eran los mismos. ¿Había tomado tanto así? No recordaba nada de lo que había pasado.

Bajé lentamente las escaleras. Agradecí a Harry, quien había dejado las luces del pasillo encendidas.

Toqueteé la pared de la cocina escudriñando el interruptor de la luz, ya que en el piso de abajo todo estaba oscuro. Cuando encendí la luz, lo primero que vi fueron unos platos sucios sobre el mesón de mármol. Pero algo me llamó la atención. Vi una puerta blanca, que antes no había percibido. Y, como soy tan curiosa, me dirigí hasta allá. La abrí, encontrándome con un jardín, mucho más grande que el garaje. Caminé unos pasos más, y una fría brisa me congeló hasta los huesos. Había una piscina, no tan grande y un parque infantil. ¿Parque infantil? ¿Qué hacía Harry con un parque infantil en el jardín de su casa?

Seguí caminando y vi mi reflejo en el agua de la piscina, vestía: un short negro, y una blusa blanca, con unas pantuflas fucsia. Mi cabello estaba extrañamente peinado con algunos mechones rebeldes. Eso significaba que dormí bien.

Caminé hacia el fondo del patio, las flores rojas y amarillas se veían algo descuidadas. Pero algo más llamó mi atención: había un camino de piedras.

Un camino que yo tenía que seguir.

Cuando llegué hasta la última piedra lo visualicé: estaba en el medio de la calle, de espaldas. El camino trasladaba hasta la otra calle. Wow, quien lo iba a imaginar.

—¿Harry? ¿Qué haces ahí? Es tarde. Regresemos a casa... Hace frio, te puedes enfermar. —Me aproximé hasta el, mi intención era tomarlo del brazo.

—No soy Harry. — Mi piel se erizó cuando volteó a verme con una sonrisa en su rostro.

—Dylan... — Susurré.

—El mismo que viste y calza. — Su voz daba miedo

— ¿Qué hace una linda señorita como tú en un lugar tan... peculiar como este?

—No... Tú ¿qué haces aquí? ¿Cómo sabias donde estaba? — soltó una carcajada escalofriante.

—La pregunta sería... ¿Por qué seguiste ese camino? — Dio un paso hacia mí. —¿Tenias curiosidad? — De nada me servía correr porque él con tan solo tres sigilosos pasos podía alcanzarme. Volteé a ver hacia el camino por donde vine. No estaban las piedras, ni las flores rojas y amarillas. Solo estaban árboles grandes con hiedras. Todo a nuestro alrededor era oscuro. Cuando regrese la mirada hacia Dylan, estaba justo frente a mí. — Tienes tus labios secos, Desirée. — relamió su labio inferior, lo que me hizo temblar. Retrocedí varios pasos. — ¿Quieres que te ayude a mojarlos? —Me miraba con lujuria. — Pero mira nada más... ¡estás temblando de frio! No te preocupes, Delacourt, yo voy a calentarte. — Se abalanzó sobre mí, reaccioné y corrí lejos de él, pero fue en vano, caí al suelo debido a su empujón. Subió a horcajadas sobre mí — Si te comportas bien, lo disfrutarás tanto como yo. — Desgarró mi blusa dejando mi pecho libre y comenzó a desabrochar mi pantalón.

— ¡No! ¡Basta! —grité y levanté mis manos para golpearlo. Cerré los ojos con fuerza. Mi mano impacto contra su pecho y él gimió.

— ¡Mierda, Des! — Abrí mis ojos y una luz me cegó. Sujetó ambos de mis brazos con firmeza. Con ímpetu lo empujé lejos de mí, sentándome al mismo tiempo. Pero me sorprendí al darme cuenta de que el suelo era suave y parecía de algodón.

Supuestos Hermanos | Harry StylesHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin