<<Siento como si me estuviera despidiendo cuando no he tenido ni mi primer día completo de trabajo>>

Además tengo que revisar y ponerme al día con toda la información, ¿A caso piensa que soy un computador? Tardaré años en abrir y leer todo esto.

Escucho una risa provenir de la oficina de Pitt, levanto un poco la cabeza y veo a esa mujer salir por la puerta, su pelo rubio brilla, ojos claros, piernas largas, piel blanca y va usando unos zapatos rojos muy altos, tras ella veo a mi jefe con una gran sonrisa en su rostro, quien diría que podría sonreír así.

Discretamente sigo a ambos con la mirada hasta que llegan al ascensor y Pitt se despide con un beso en la mejilla cuando devuelvo mi vista al computador y todo lo que debo de hacer al notar que las puertas del ascensor se cierran.

—¿Has recibido los archivos?

Se acerca interrumpiendo mis pensamientos.

—Si, ya estoy trabajando en ellos. —ni si quiera da los buenos días.

—Si necesitas ayuda no dudes en pedírmela.

Asiento y levanto la cabeza por un segundo notando sus ojos azules verme con toda esa calurosa intensidad que se carga ese hombre.

—De acuerdo —dice él— Por ahora ya no tengo más nada que hacer, si ocurre algo no dudes en llamarme, mis números de contactos y correo están en una de esas carpetas además de las direcciones de las casas y apartamentos a las que debes ir en caso de alguna emergencia.

—Claro, me pondré al día con todo lo más pronto que pueda.

—Por ahora solo revisa las más recientes, son las que necesito, las demás son un apoyo por si olvido algo y necesito que me refresques la memoria. ¿Tienes alguna pregunta?

—Empezaré a trabajar en todo lo que me has dicho de inmediato. ¿No volverás por el resto del día?

—Si lo preguntas por la cena no te preocupes, no he olvidado que debo de verte esta noche.

—De acuerdo, y no, no lo preguntaba por eso.

Se da la vuelta sin decir más nada en cuanto paso el día poniéndome al corriente con lo que puedo, de verdad es mucho trabajo para una sola persona y ya puedo entender porque las secretarias no le duran nada.



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—Estoy en casa.

—Bienvenida —espeta Anna— ¿Podrías ayudarme?

La veo estar rodeada de ollas.

—¿Para qué es todo esto?

—Para la cena de esta noche.

—¡Mierda!

—¿De verdad lo olvidaste?

—Estuve leyendo en el computador todo el día y lo lanzé fuera de mi cabeza.

—No te preocupes, ya casi he preparado todo, tú ve y recuéstate un rato.

—¿Segura?

—Si no te preocupes, y tú madre llamó.

Empiezo a caminar en dirección a mi habitación.

—¿Qué dijo?

—Ya sabes, lo usual quería saber si aún seguías siendo la misma niña que crió, pero por supuesto le dije que no.

—¿Qué hiciste? —Me detengo conociendo cómo es y de seguro hizo una tontería.

—Tal vez dije que estabas en tu habitación con dos hombres negros desnudos sobre tu cama y pediste no interrumpir. Quizás deberías llamar y verificar que aún respire.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Where stories live. Discover now