Capitulo 2

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Samantha

— ¡Ya levántate! —me gritan en oído provocando que me vaya de cara contra el suelo despertando inmediatamente.

Me levanto del suelo molesta, lista para soltarle todas las groserías que me sé a quién me haya despertado de esa manera tan bruta, pero en cuanto veo a Sebastián todo enojo se esfuma.

— ¡Sebastián! —chillo emocionada abrazándolo como koala y el no tarda en envolverme en sus brazos feliz.

Tardamos unos minutos solo abrazados, disfrutando vernos luego de meses, él estudia la universidad de una forma peculiar, ya que se la pasa yéndose de intercambio a donde le den oportunidad, por lo que tiende a venir poco de visita.

La verdad es mi hermano favorito la mayoría de veces, me entiende como nadie, pero nunca se lo diría, se volvería insufrible.

—Te extrañe mucho Sammy —murmura contra mi cabello.

—Yo también te extrañe —respondo soltándome del abrazo y no tardo en golpearlo en el brazo —no me vuelvas a despertar así en la vida.

—Primero, auch, no recordaba que dolieran tanto tus golpes segundo, no me arrepiento de haberlo hecho, fue divertido —ríe al recuerdo ganándose una mala mirada de mi parte.

—Ok, primero, Troy me llevo con él un par veces con el gimnasio y su entrenador me enseñó a golpear, ¿nada mal cierto? —Le digo viendo mi puño con un pequeño cosquilleo de dolor por el golpe, pero aun así feliz —y segundo, solo por la sorpresa de verte ignorare que me despertaste como si viviera en un campo militar.

—Le diré a Troy que me lleve también, necesito aprender a defenderme de ti desde ya —bromea sonriente.

— ¿Te quedarás? —pregunto emocionada y el asiente.

—Este año lo estudiaré acá, planeaba llegar desde verano pero tuve contratiempos haciendo de Cupido.

—Así que Cupido ¿con quién? —cuestiono.

— ¿Recuerdas a Alice? La chica de Vancouver con la que "tenía algo" —me pregunta haciendo comillas, asiento —bueno pues en realidad solo me estaba usando para olvidar a su ex, un clavo saca otro clavo, pero claro que es mentira y resulta que terminaron por una estupidez, les di un par de empujoncitos para que volvieran y wuala, cupido a la orden —explica.

—Nunca te imagine de Cupido, siempre has sido más el espíritu libre que no le hubiera importado —suspiro más dramáticamente de lo que lo siento— y yo que pensaba que al fin alguien te había atrapado.

—Me alegra no, mi libertinaje y yo somos felices por ahora, mira el lado bueno al menos podemos seguir siendo unos solteros locos juntos —me sonríe y no puedo evitar reír.

—Sí, claro, tú puedes ir por ahí rompiendo corazones...

—Yo aviso lo que busco antes que nada, si alguien se ilusiona no es mi problema, no me tomes de chico malo que manda al psicólogo a la chica —se defiende colocando su mano en su pecho dramáticamente.

—Ya bueno, sal de aquí, nos pondremos al día mas tarde, que tengo escuela y me necesito alistar —lo saco a empujones terminando la conversación cuando veo la hora en el reloj al lado de mi cama.

Se me hará tarde y Vanessa se pondrá de pesada todo el día si cuando llega aun no estoy lista, hemos estado llegando retrasadas las dos últimas semanas, un retardo más y nos mandaran a detención.

Después de ducharme y cambiarme tomo mi mochila para encaminarme a la cocina para buscar que desayunar encontrándome a Sebastián y Daniel junto a mamá.

Todo lo que somosWhere stories live. Discover now