Capítulo 1

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Capítulo 1:
La Bienvenida

Charlotte

Comenzaba a hacerse tarde y me estaba poniendo nerviosa. Le había prometido a mi padre que estaría en casa a las 7:00 y eran pasadas de las 7:15.

-¿Cuánto tiempo más crees que tarden tus padres, Mir?-pregunté observando a la niña.

Miriam estiró su boca, pensativa.

-Bueno, no lo sé. Siempre llegan tarde-comentó inocentemente.

Sonreí preocupada.

El sonido de un coche estacionándose frente a la casa alivió un poco mi preocupación. Si algo odiaba mi padre era la impuntualidad, algo que ambos teníamos en común.

-¡Ya llegamos!-expresó la Sra. Flores entrando a la casa.

-¡Mami!-gritó Miriam corriendo hacia su madre.

Tomé mi mochila rápidamente y me levanté del sofá.

-Disculpa la tardanza querida, el tráfico estaba de locos esta noche-la Sra. Flores se acercó a mí.

Estuve trabajando para la familia Flores durante los últimos tres meses. Aunque podía decir que eran muy amables, también debía destacar que siempre llegaban después de la hora acordada.

-No se preocupe Sra. Flores, lo entiendo. Si no es muy descortés de mi parte, debo retirarme ahora. Mi padre me está esperando en casa-dije.

-Por supuesto que si, querida. Te daré la paga mañana ¿de acuerdo?-contestó.

Asentí.

-Adiós pequeña-me despedí de Miriam.

-Adiós Charlie-se despidió la niña.

Caminé prácticamente corriendo hacia mi auto y subí tan rápido como pude. Tenia menos de diez minutos para llegar a casa o mi padre me mataría definitivamente.

-¡Aquí estoy!-grité entrando a la casa.

Pude ver la cabeza de mi padre asomarse ligeramente desde la cocina.

-Al fin, creí que no ibas a llegar-expresó caminando hacia la sala.

Sonreí apenada.

-Discúlpame papá, los Flores llegaron tarde otra vez y no podía dejar a Miriam sola-expliqué.

Mi padre se acercó y me dió un abrazo rápido.

-Tranquila Lotte, sube a cambiarte. Ellas están por llegar-dijo.

Asentí.

-¡Wuju!-expresé fingiendo emoción.

Durante el verano, mi padre había conocido a una mujer llamada Greta en uno de sus viajes a Denver. Por lo que me comentó era una de las personas más amables y humildes que había conocido.

Cuidando A Los Walten ©Where stories live. Discover now