Capítulo 10

2.6K 242 87
                                    

Capítulo 10:
Insúltame

Charlotte

Creí que eso de comerse dos botes de helado, llorar hasta quedarse seca y pasarse el día entero en cama solo se daba después de una ruptura amorosa. Pero estaba muy equivocada. Yo no había roto con nadie, sin embargo me sentía como si lo hubiera hecho. Los ojos me ardían, la cabeza me pesaba, los brazos los tenía entumecidos y las ganas de maratonear comedias románticas no se me iban con nada.

Supongo que así se sentía el perder cualquier oportunidad de tener un futuro. Ya no estudiaría en una buena universidad, no me graduaría con honores, no celebraría bebiendo champaña. Con lo que tenía ahorrado apenas podría pagarme los libros de texto. Estaba acabada. No, acabada no, más bien lo que le seguía. Destrozada, destruida, rota.

—Anímate Charlie. Insististe mucho en que viéramos a Drew Barrymore y ni siquiera estás poniéndole atención a la película—resopló Robin mirándome con lástima.

No me molesté en responderle. Me había visto todas las películas de esa mujer, al punto de saberme cada una de memoria. ¿Que más daba si no le ponía atención una vez? No tenía cabeza para nada más que para maldecir a Trace Walten, el causante de mi desgracia.

—¿Dónde diablos se metió Eve? Quedó en traernos más helado y ya ha pasado una hora. Necesito llenarme la barriga—me removí entre las mantas que me cubrían el cuerpo.

—Seguro se ha distraído acosando a Franklin, sabes que los fines de semana va al supermercado por sus bebidas energéticas favoritas. No me extrañaría que se haya quedado mirándolo—contestó mi amigo sin darle mayor importancia.

Quizás para Robin no era tan importante, pero lo era para mí. Hablaba enserio. Necesitaba comer algo. Llevaba días llenándome el estómago de helado. Frío, cremoso, delicioso. Ninguna otra cosa me habría el apetito. Casi estaba segura de haber bajado de peso, y no es que me sintiera muy orgullosa al respecto.

—¿Has hablado con tu amigo últimamente?—preguntó Robin curioso.

—¿Mi amigo?—fruncí el ceño, sin comprender de quién hablaba. Mis únicos amigos eran Robin y Everly, nadie más.

—Si, ya sabes, con Dennis—noté cierta incomodidad en su tono.

Ah, ese amigo.

—No tengo porque hacerlo, ya no soy su niñera. Y nosotros nunca fuimos amigos—traté de sonar lo más calmada posible pero no funcionó.

—Claro, lo que tú digas—era obvio que Robin no se la había creído, ni yo lo hubiera hecho. Quise darme una cachetada por ser tan pésima mintiendo.

El sonido de un auto estacionándose fuera de la casa llamó nuestra atención. Robin y yo nos echamos una mirada rápida antes de levantarnos de la cama y correr hacia la ventana. En cuánto Eve me entregara ese helado iba a comérmelo todo, a relamer la cuchara y después a aniquilarla por haberse tardado tanto.

—¿Ese no es...?—

—Hola Charlotte, que gusto me da verte. Luces tan guapa como siempre—la inesperada aparición de Trace interrumpió a mi amigo.

Este si era descarado.

—Eres una traidora—susurré dirigiéndome a Eve, que sostenía una caja de donas blandas en sus manos y me veía con culpa.

Cuidando A Los Walten ©Where stories live. Discover now