Capitulo seis.

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Continuo besándome, literalmente por todo mi rostro, trataba de alejarme pero cada vez se aferraba mas fuerte a mi.
- Is... Sabell... Basta - trataba de decir.
- Shhh.
Lo hizo de nuevo, continuó ignorándome. No se porque rayos le seguí el juego, le correspondía los besos, hasta que me regañé a mi mismo y me levante de la cama.
- No puedo hacer esto Izzy - sin dejar que ésta diga una palabra salí del cuarto lo más rápido que pude.

•Narra Isabell•

Sentí que un molesto brillo en mi rostro así que rápidamente me levante para cerrar mi ventana.
Sentí un fuerte mareo y me senté de nuevo en la cama, que estaba tan desordenada.
¿Cómo es que había llegado a mi cuarto? Me levante temblorosa y me mire al espejo. Traía el vestido todo arrugado al igual que mi maquillaje y cabello, me levante este para hacerme una coleta y me fije que en mi cuello habían marcas, abrí mis ojos como platos al recordar vagamente algunas escenas de lo que había sucedido ayer. ¡Casi lo hago con Martin! Diablos, diablos, ¿qué habrá pasado? Toque las marcas moradas de mi cuello y solté la coleta para que no se vieran.
Dios, ayer estaba tan ebria que casi me acuesto con mi niñero y lo peor, ¿Martin se habrá aprovechado de esa situación? Que clase de imbécil era por hacer eso.

Baje la escaleras con la pijama puesta y allí estaba Martin, sentado con el televisor prendido mirando su celular, estaba tan furiosa con el que no quería ni verlo.
- ¡Izzy! - se levanto del sofá y corrió hacia mi.
Me voltee para verlo.
- No me llames así, Martin.
El chico bajo su mirada y luego la subió.
- Tenemos que hablar - soltó apenado.
Rodé los ojos.
- Bueno tu tienes que hablar porque yo no tengo nada que decir - entra a la cocina dejándolo allí.
- Tengo que ir al centro comercial, tal vez cuando regrese podremos hablar - tomó sus llaves y lo único que se escuchó después fue el sonido de la puerta.

Me quede viendo televisión en la sala cuando de oyó el timbre, me levante y abrí la puerta.
- Izzy - dijo Julian mientras me abrazaba aliviado.
Lo invite a la pasar y platicamos por horas.
- Esperaba que siguieras cruda, toma - me dio unas pequeñas pastillas - son para eso.
Le sonreí mientras las tragaba.
El igual sonrió, se quedo unos instantes mirándome y luego poso su vista a mi cuello.
- ¿Que es eso? - enseguida su tono se tornó serio.
Tape inmediatamente las marcas con mi mano.
- No... No es nada, solo es ... Alergia - tartamudee nerviosa.
Julian parecía muy molesto.
- Fue el verdad...
- No... el no... No sé - susurre.
- ¿el abuso de ti? - dijo Julian.
- ¿Quién abuso de ti? - Martin estaba parado en la puerta principal de mi casa con seis bolsas de súper en las manos.
Julian se levanto del sofá al instante que escucho la voz del otro chico. Yo me lavante jalándole la camiseta para que no fuese.
- ¿Pues quien mas imbécil? - le contesto Julian acercándose mas a el, Martin bajo las bolsas y lo miro desafiante.
- Yo no abuse de ella - dijo.
Julian le soltó un golpe debajo de la barbilla y Martin se tambaleo hacia atrás.
- ¡Julian! - le grite aterrorizada.
Martin se toco el golpe y trato de calmar a Julian pero este solo le soltaba golpes. Estaba tan desesperada que no sabia que hacer, me puso enfrente de Martin.
- Julian vete - éste me miró - por favor, hablaremos luego.
Le rogué con los ojos.
- Esta bien - se acercó y beso mi mejilla.
Fulmino a Martin con la mirada y se fue.
- Por esa razón quería hablar contigo, para que no le digas a todo el mundo que abuse de ti - me miró decepcionado y comenzó a irse.
- ¡Yo no fui quien dejo marcas en mi cuello! - le grite conteniendo el llanto.
El se volteo y camino hacia mi, dios, la barbilla estaba sangrándole.
- ¿Las mismas que tu dejaste en el mío? - se bajo el cuello de la camisa y ahí estaban, las mismas marcas que yo tenía o incluso peores.
Me quedé callada tratando de no llorar.
- Yo no fui quien quizo meterse contigo... Fuiste tú porque estabas ebria - dijo tocándose su herida.
Unas lagrimas salieron de mí.
- ¡Pues no fue mi culpa!
- ¡Claro que lo fue! Tu fuiste quien hizo una maldita fiesta - alzo la voz.
- ¿Y entonces por qué no te vas? ¡Como todos! - le grité igual.
No seria la primera persona que me abandonaba, todos incluyendo a mi abuela, la perdí, y no estaba dispuesta a perder a alguien más aunque Martin igual era alguien más.
- ¿Eso era todo lo que estabas buscando verdad? Pues lamento que este plan no resulte como los anteriores porque no me iré - remarcó la palabra «iré».
- Es obvio porque se ve que no tienes nada mas importante para hacer en esta vida.
- ¡Sabia que no debía desperdiciar mis vacaciones cuidando una niña! - Okey, esas palabras me dolieron.

El niñero •Martin Garrix• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora