CAPITULO 5: DURAZNO EN EL AIRE

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3 AÑOS DESPUÉS...

John y Sherlock se encontraban en su apartamento disfrutando de la taza de té matutina que la señora Hudson les preparaba con mucho cariño cuando el detective Lestrade entro de golpe al apartamento haciendo que ambos hombres volvieran a ver en dirección de este.

———Necesito de su ayuda——— dijo el detective mientras alzaba una carpeta que tenía el logo de la policía, Sherlock y John se miraron y ambos sonrieron y dejaron de un lado su taza de té para acercarse al detective.

———¿Qué tienes para mí? ——— pregunto Sherlock mientras tomaba el folder de las manos del detective y comenzaba a revisarlo.

———Se trata de un asesino que se dedica a matar a diestra y siniestra——— dijo ———Al principio lo tomamos como que era un principiante y no pusimos mayor esfuerzo ya que esos son más fáciles de localizar——— explico.

———Y ahora es una espina en el trasero que no se pueden quitar y el sujeto se está volviendo más experto y casi rosa la línea de asesino serial——— dijo Sherlock sin quitar la mirada del folder.

———Pues, se podría decir que sí——— dijo el detective algo apenado ———¿Y qué dices? ¿Nos ayuda... ¿Huelen eso? ——— pregunto el detective.

———No——— respondió Sherlock apartando la vista del portafolio y mirando de forma curiosa al detective, mientras que John no entendía muy bien a que se refería.

———A lo mejor y es el té que nos preparó la señora Hudson——— dijo John, mientras que Lestrade inhaló profundo alertando al otro Alfa.

———No, es algo diferente——— dijo mientras comenzaba a olfatear.

———John tiene razón Detective, el único aroma que hay en esta habitación es el del té de la señora Hudson, el mío y ahora el tuyo——— dijo, pero el hombre siguió olfateando y cada vez se acercaba a John ———Y por eso percibes un aroma extraño ya que las ventanas están cerradas y los aromas se mezclaron confundiendo a tu naricita de Alfa principiante——— lo último lo dijo con evidente enojo.

———No, es un olor diferente, nunca lo había olido antes es como si fuera...——— volvió a inhalar profundo ———Duraznos——— dijo en un susurro alertando a John y a Sherlock.

———Oh si claro——— dijo Sherlock ———Yo le pedí a la señora Hudson que me comprara unos duraznos———

———¿Para qué? ——— pregunto el detective deteniendo su rastreo.

———Veras es que...——— se detuvo a pensar un rato mientras miraba como John se quedaba completamente estático ———Quiero probar mis habilidades culinarias———

———¿Habilidades culinarias? ——— pregunto algo confundido el detective. Sherlock asintió luego el aroma de John se hacía más fuerte dándole a entender que este estaba asustado alterando un poco su lado Alfa ya que el instinto de proteger siempre lo tenía.

———Aja, y pues un genio como yo se aburre de no saber qué hacer y se me ocurrió la maravillosa idea de intentar cocinar——— el detective se quedó observando al más alto sin creerle nada de lo había dicho y un gruñido salió de la garganta de Sherlock ———¿Quieres qué te ayudemos con el caso o solo vienes a cuestionar mi vida privada? ——— dijo con evidente molestia haciendo que el detective reaccionara.

———Si quiero, es a eso que vine——— respondió.

———¿Vienen conmigo a la estación? ——— pregunto mientras miraba a Sherlock y luego a John.

———No——— dijo de golpe el más alto ———Nosotros llegaremos de otro rato, aun no nos hemos duchado y dudo que nos quieras llevar en pijamas a la estación———

———De acuerdo, los veo en un rato——— dijo ———Adiós——— se despidió el detective. Sherlock asintió y cuando este se fue cerró la puerta con llave.

———¿John? ——— pregunto el Alfa notando como el aroma de este se hacía más fuerte ———¿Te encuentras bien? ——— pregunto, pero no obtuvo respuesta alguna, el mencionado solo agacho su cabeza y apretó los puños y comenzó a hablar en voz baja, Sherlock se acercó con mucha cautela hacía el soldado.

———Maldición, no puede ser, no puede pasarme esto a mí, no ahora——— decía una y otra vez el más bajo con aire de preocupación.

———¿John? ——— volvió a llamar, pero este parecía ido en su pensamiento, Sherlock quería tocar su hombro, pero tenía miedo que este reaccionara mal y le terminara quebrando el brazo como reflejo, Sherlock inhaló profundo y dejo escapar sus feromonas Alfas para calamar a su amigo y este poco a poco se fue calmando ———¿John? ——— lo volvió a llamar.

John alzo la vista y sus ojos estaban cristalizados por las evidentes ganas de llorar, Sherlock no sabía qué hacer en eso momentos, el jamás se había preparado para esto, pero la acción que tomo el omega lo dejo totalmente paralizado, John lo había abrazado y enterró su rostro en el pecho del más altos buscando refugio, Sherlock se quedó estático al principio, pero cuando escucho que su amigo daba hipidos no dudo en corresponder el abrazo. En ese momento Sherlock se cuestionó si aún podría cuidar de John, lo que le comenzaba a asustar de sobre manera ya que estaba consciente de que ese omega podría llegar a ser su perdición...

MI PERDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora