Capitulo 2: Disfrutaras

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-Podrías haber escogido otro conjunto más sofisticado –Madame entro en el despacho con una sonrisa despampanante, rodeo la mesa y se sentó tranquilamente. La observo -¿Alguna duda?

Mireya seguía con la vista fija en aquel papel, aquellos folios blancos en los que en letra negra se encontraba expuesta su situación. Un contrato firmado mediante el cual ella pasaba a ser “la mujer” de Mark Cardoni, durante un periodo de tiempo de seis meses.

Había leído una y otra vez cada palabra y sin embargo seguía sin poder creer que se hubiera vendido de esta manera. Pero así era. Su nombre estaba en aquel contrato.

-Sonríe querida –Madame suspiro acomodándose en su sillón –Te has ganado la lotería con Cardoni.

-Si usted lo dice –Respondió con la vista fija en aquel papel

-Estoy segura de que cuando acabe tu contrato serás una mujer diferente –Madame sonrió mirándola con desdén –Solo necesitas probar como vive una Wife y te aseguro que te encantara esta vida. –frunció el ceño mirándola –Bueno, eso si Cardoni no te echa antes.

-¿Por qué no puedo llevar ropa? –ella frunció el ceño

-Oh niña estúpida –Madame negó con la cabeza –Yo te proporcione todo tipo de ropa para lucirte, pero poco a poco descubrirás que cada cliente es una mina de oro. Ellos te compraran todo lo que necesitas, todo lo que ellos quieren que lleves. –se levanto de su lugar y se acerco a ella, tomo su barbilla con un dedo y alzo su rostro para que la mirara –Pórtate bien, no quiero que me dejes en mal lugar.

-Llego–Hernand se paro en la puerta y fijo la vista en Mireya –Vinieron por ti

Mireya trago saliva despacio, comprendiendo lo que ahora se avecinaba. Sintió el empujón de Madame hacia la puerta y finalmente sus piernas reaccionaron, camino despacio, paso por delante de Hernand y siguió el camino hacia la salida de aquel lugar.

Tantas veces había imaginado el momento en que saliera de allí, pero no de este modo. Supongo que la esperanza era lo último que había perdido, siempre había quedado un poco de luz, un sueño en el que podía marcharse y volver a ser la mujer que fue en el pasado.

-Disfruta, pronto estarás de vuelta –Hernand le hablo mientras abría la puerta para que saliera

-Vete al infierno –ella respondió mientras salía por la puerta.

Se quedo parada en mitad de la cera, mientras la gente caminaba a su alrededor, se sobresalto cuando la puerta se cerró tras ella y por un segundo pensó que sería muy fácil correr, correr y no mirar atrás.

WifeWhere stories live. Discover now