Día 5 - Los pétalos

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"-Ethan, te quiero."

Esas palabras despertaron al peliazul en medio de la noche. Le estaba afectando demasiado una cosa tan simple. ¿Por qué le había dicho esas palabras Simon? ¿Se estaba quedando con él? "Seguramente es mentira, se está riendo de mi" pensó. Al final se quedó dormido mirando las estrellas brillantes que estaban en el techo de su habitación, pensando lo hermoso que tenía que ser mirar el espacio con un telescopio. Este tema se le estaba escapando de las manos y lo único que podía hacer es esperar a que pasara el tiempo.

Volvió a dormirse hasta que su madre le despertó. Hoy era viernes, por fin. El último día de la semana al cual tenía que acudir a clase. Muy a su pesar, se tendría que quedar en la escuela a terminar lo del festival ya que sería a finales de la semana siguiente, el sábado. Mientras desayunaba, alguien llamó al porterillo de su casa. Su madre, extrañada, fue hacia éste y preguntó:

-¿Si? ¿Quien es?- dijo con las cejas un tanto fruncidas. No era normal que alguien llamara a su casa a aquellas horas- Oh si, ahora baja, espera ahí- colgó y volvió a la cocina- Es un amigo tuyo, no me ha dicho su nombre. Dice que te espera abajo, no tardes cariño. Puedes llegar tarde.

Ethan, intrigado por quien podía ser -aunque con una idea dibujada en su cabeza- engulló lo que le quedaba de desayuno, ató sus zapatos lo más rápido posible y salió escaleras abajo después de despedirse de su familia. Vivía en un tercero, por lo que no tenía que bajar muchas plantas -no tenía ascensor-. Llegó al par de minutos al portal, en el cual pudo ya visualizar quien era "ese amigo": Simon. Éste estaba apoyando contra la pared de uno de los laterales del portal, esperando con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones y la cabeza agachada. En cuanto notó ruido, giró su cabeza hacia él, clavando su mirada en la del contrario. ¿Qué manía tenía de mirarle así? Le daba la sensación de que le podía leer la mente. El corazón de Ethan, que ya latía con mucha fuerza por el esfuerzo de bajar las escaleras más rápido de lo normal, empezó a golpearle el pecho y a respirar con fuerza.

-Hola Ethan- dijo Simon en cuanto éste salió a la calle. Se acercó al peliazul hasta estar a un par de centímetro de él- ¿Cómo te encuentras?- dijo en tono preocupado inspeccionando todo la piel que llevaba al descubierto. "Esto no puede ser real, seguro que sigo soñando" pensó Ethan, aun sin creerse que el contrario pudiera llegar a estar preocupado por él. Aun menos después de cómo le dio las gracias ayer. Aunque algo bueno podía sacar, el moratón de su torso no se veía, pues la camiseta lo tapaba totalmente.

-B-bien, creo- respondió éste, intentando mantener las distancias. No quería que le intentara volver a besar. No estaba preparado para hacer algo así-¿Qué es lo que haces aquí?...Ayer te...-dejó la frase a medias por que no sabía como seguir.

-Eso da igual, vayamos juntos a la escuela a partir de ahora- propuso Simon sin vergüenzas. Era muy evidente que aun estaba enfadado por lo que pasó y que quería estar vigilando a el peliazul de cerca. Ethan frunció el entrecejo, ¿había alguna otra cosa más que le pillara de sorpresa?

-Bueno...-respondió mordiéndose el labio inferior. Sabía que al final se iba a arrepentir de haber aceptado. Pero quería saber más sobre aquella foto, sobre el pasado que había olvidado por completo. Y él era la única persona que parecía recordarlo bien. El peliblanco esbozó una sonrisa, pero no como las que le había echado anteriormente, sino lo que se dice una sonrisa normal.

Pasaron todo el camino de ida sin dirigirse ninguna palabra, aunque a veces sus miradas se encontraban por unos segundos. Pero en cuanto lo hacían, ambos desviaban la mirada. Una vez que llegaron a la estación, la pandilla de Ethan le saludó, haciéndole señas de que se acercara. Éste miró a su nuevo acompañante y negó con la cabeza, sonriéndoles a modo de disculpa. Cuando salieron de allí, Simon fue el que rompió el silencio. Sabía que esto le iba a costar caro, pero ya estaba harto de ser un fantasma entre ellos.

Pétalos de rosa (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora