Capítulo 26

131 4 0
                                    

Otro día se hizo presente y con ello, poco a poco la luz del sol fue asomándose por el ventanal de aquella habitación; la cual era un completo y lindo desastre. Allí, abrazados uno al otro, se encontraba una pareja de enamorados dormidos plácidamente. La noche previa, como todas las anteriores desde que su luna de miel comenzó, el amor y sobre todo la pasión reinaba entre ellos hasta acabar en la cama uno junto al otro.

De a poco, la luz que se filtraba por la ventana hizo que vaya abriendo los ojos, y tomara conciencia de donde estábamos, como también lo vivido la noche pasada. Recordar y tenerla ahí entre mis brazos no hizo más que aumentar mi felicidad, e inconsistente una sonrisa se formó en mi rostro. Dormida junto a mi se encontraba ella, su pelo se encontraba despeinado y poseía una sonrisa pequeña que era acompañada de un hilo de baba; aún así conservsba un aspecto angelical.
Pasó bastante tiempo hasta que finalmente despertó, y durante ese período de espera de lo único que fui capaz fue de admirar  y memorizar cada detalle de su rostro; la paz que me transmite y lo que me provoca está mujer no tienen explicación. Sus ojos se abrieron y conectaron con los míos instantáneamente.

—Buenos días ángel —saludé bensándole la frente.
—Buenos días amor —sonrió— ¿Hace mucho estás despierto?.
—Mmmm, no sé —confesé— al contemplarte pierdo la noción del tiempo.
—Sos un tierno amor —dijo sonrojada.
—Con vos me resulta difícil no serlo —murmuré—. Te amo, mi ángel.
—Yo a ti bebé —y me besó. Su boca es el paraíso, sin lugar a dudas—. ¿Desayunamos?.
—Claro, vamos —dije.

Ambos nos levantamos y nos fuimos a bañar para bajar a desayunar.
Cada momento a su lado, es uno más que voy atesorando dentro mío. Todo aquello que la rodea o donde ella se encuentre, lo vuelve único y especial.

Nos encontramos ya abajo, sentados, con vista al mar, disfrutando de nuestro desayuno.

El día estaba soleado, lo cual anunciaba una jornada calurosa; ideal para estar en la playa, tomar sol, jugar en el mar o simplemente, dar una romántica caminata; charlando y riéndo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El día estaba soleado, lo cual anunciaba una jornada calurosa; ideal para estar en la playa, tomar sol, jugar en el mar o simplemente, dar una romántica caminata; charlando y riéndo.

Al finalizar, nos retiramos y salimos corriendo a la playa. Antes de que logremos llegar, la alzo como princesa y comienzo a girar; ella no tarda en reírse y sostenerse con más fuerza para no caer. En un momento pierdo el equilibrio, terminando así ambos en el suelo, cubiertos de arena, a las carcajadas. Ella se encuentra encima mío y ninguno de los dos somos capaces de volver a la seriedad. Entonces, de pronto, las carcajadas cesan y nuestras miradas se encuentran, sus profundos ojos me hipnotizan, causando el mismo efecto de siempre. Lentamente nos vamos acercando, y nuestra vista se apaga; dejando sólo al sentido del gusto y el tacto presente, hasta unir finalmente nuestros labios, formando un tierno y apasionado beso. Sólo somos nosotros, no hay nadie a nuestro alrededor, el mundo desaparece.
Al separarnos, sonreímos y seguimos con nuestro recorrido hacia la playa. Allí comenzamos una guerra en el mar, y posteriormente iniciamos la construcción de nuestro propio castillo. Así, el tiempo se nos fue volando. Cuando nos dimos cuenta ya estaba anocheciendo, por lo que decidimos caminar por la playa, tomados de la mano, apreciando el atardecer que cielo nos regalaba.
El sol poco a poco se iba despidiendo y la luna poco iba asomando, saludandonos junto a sus amigas las estrellas, que a partir de ese momento comenzaron a iluminar tenuemente.
Nos rescatamos en la arena y una lluvia de estrellas comenzó a surgir. Era sin dudas hermoso. Con Caro sonreímos y tomados de la mano pedimos un deseo —sólo nosotros sabremos cuál fue— y tras aquel acto, nos unimos nuevamente en un beso.  Nos incorporamos y dirigirnos nuevamente a nuestra habitación.

  Nos incorporamos y dirigirnos nuevamente a nuestra habitación

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



Por última vezWhere stories live. Discover now