Residuos de Amor

Capítulo 19

Ambar:

—Kellan...

El corazón me latía muy rápido y una mezcla de emociones, pánico, miedo, terror se volvía un revoltijo dentro de mi

El camino hacia mi y yo retrocedi, cerro la puerta y me miro de pies a cabezas.

—¿Vas algún lado, Amber?.—Me pregunta y mi cuerpo tiembla, mis ojos están muy abiertos.—¿A encontrarte con un hombre tal vez, pedazo de zorra? 

No puedo hablar.

—Claro que vas a hacer eso...—Me reprocha.—Te has vestido como toda una puta.

Se acerca otro paso hacia mi.

—¿Es por eso que me enviaste los papeles de divorcio?.—Me suelta.—¿Por qué conociste a un hombre, pedazo de puta?

—Kellan...  por favor..

Es ultima palabra lo hace enfadar, me coge el rostro y me acerca a el apretándome con fuerza la cara.

—Por favor.. por favor.. ¿Ahora si vas a suplicar, Ambar?.—Me eleva la voz.—¿Tienes idea de lo que me has hecho pasar?

Mis ojos se llenan de lagrimas.—No, por favor..

—Es lo único que sabes hacer ¿No.. Dime ¿Quién te crees?

Cojo su brazo e intento que me suelte.—Kellan...

—¿Quién te crees para pedirme el divorcio? ¿Vas a dejarme? ¿Eso vas a hacer? ¿Por qué? ¿Para vivir en tu puto cuento de hadas?.—Me sigue gritando.—Escúchame y escúchame muy bien, mi amor,  te prefiero muerta antes que con otro hombre.

Forcejeo y el me deja ir, observo la puerta y retrocedo mientras el sigue avanzando, me meto entre los muebles e intento llegar, pero cuando voy a llegar a la puerta y estoy a unos pasos, el me derriba contra el suelo.

Todo su peso cae detrás de mi, Kellan me golpea y trato de arrastrarme, me da vuelta y me ahorca.

—Kellan, sueltam...

—Eres una perra..

Levanto las manos y clavo las uñas en su rostro, rasgo su piel hasta hacerlo sangrar y el grita.

—¡Perra!

Me golpea en la cara, mi vista se nubla y apenas estoy recuperando la vista cuando vuelve a golpearme una vez más.

Y asi una.

Y una.

Y una.

Y una vez más.

Hasta que me ahogo en mi propia sangre, la cabeza me da vueltas y estoy a punto de perder el conocimiento.

—Ya no.—Sollozo.—Ya no.. Kellan, porfa

Otro golpe.

Y otro.

Y todavía siento uno más antes de que todo se vuelva negro.