Capítulo 1

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* Ambar en multimedia*

Ambar:

"Reencuentro de preparatoria"

Leo la invitación y me sobresalto a sentir unos brazos rodeándome la cintura, el mentón de Kellan se apoya sobre mi hombro y desde ahí observa la tarjeta.

Termina arrebatándomelo de las manos y me giro hacia él.

—¿Podemos ir?

—¿Por qué no? .—Kellan sonríe y baja la tarjeta.—Si iré yo no le veo ningún problema.

Él se guarda la tarjeta y cuando voy a ir por mi estuche de violín, su mano se cierra alrededor de mi brazo.

Me acerca a él y presiona los labios sobre los míos, el beso de mi esposo es sucio, su fuerte cuerpo empuja el mío y me empotra contra el esquinero de madera, algunos adornos se caen, pero a él no le importa, su boca se mueve desenfrenada contra la mía y rompe el beso solo para empezar a chupar de mi cuello.

—Cariño..

No me escucha, sus manos se adentran dentro de la falda de mi vestido.

—Kellan, se hace tarde.

Se detiene y yo le muestro una leve sonrisa, aunque el mantiene la expresión seria.

—Te lo compensare ¿De acuerdo? .—Le prometo.

Voy a marcharme para volver por el violín y el vuelve a detenerme, solo que esta vez me tira del brazo con fuerza torciéndolo, mis ojos se juntan.

—Kellan, estas lastimándome.—Intento forcejear, aunque se que no debo hacerlo, que las cosas empeoraran si lo hago, pero duele.

—¿Acabas de negarme sexo?

El corazón se me acelera.

—No.

—¿No? ¿Ahora insinúas que miento?

—No, yo..—Mi cuerpo empieza a temblar, mis ojos igual.—Se está haciendo tarde y es una presentación importante, yo solo.. También acabo de bañarme y no quiero ir sudorosa, por favor, cariño.

—¿Cuál es el puto problema con eso? iras oliendo a tu esposo.—Me reprocha.—¿O acaso hay alguna razón por la que los demás no se enteren de que eres mía?

—Eso es ridículo, Kellan, ya todos saben que estoy casada.—Intento tomar su rostro, pero me coge las muñecas y las baja.

—Entonces cumple tus putos deberes como esposa y compláceme.

Me coge la cara, justo en el mentón y me lo aprieta buscando que mis labios se separen.

—Kellan, me haces da...

Me besa una vez más, violento y mientras su boca me exige corresponderle, el baja las manos y las mete otra vez dentro de la falda del vestido negro, me baja las bragas de un solo tiros y se deshace de ellas, con desesperación se abre los pantalones de vestir y saca su erección.

Aun no me recupero del dolor que me causo el último golpe y termino rindiéndome, Kellan











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