Capítulo 23: Otra visión

1K 127 5
                                    

Capítulo 23:
Otra visión

Capítulo 23:Otra visión

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


10 de junio 1728
Selt Riquelme

En carruaje se detiene frente a la mansión De La Rosa, una de las más lujosas de la ciudad. Sergio cae elegantemente sobre el suelo y me tiende una mano para ayudarme a bajar. La tomo y con la otra sostengo un poco mi vestido, lo suficiente como para ver mis pies posicionarse en los escalones de la escalerilla del carruaje.

—Gracias —susurro al tocar mis pies la tierra.

Sergio me deleita con una sonrisa y va hasta el conductor. Mientras, mi mirada se desplaza con melancolía por la fachada de la mansión. Un lugar lleno de los mejores recuerdos que puedo albergar; en esta casa, Mia y yo compartimos tantas cosas: alegrías, tristezas, sonrisas, gritos de histeria... Miles de momentos que ni la muerte podrá separar de mí. Y, para arruinar el momento, mi peor pesadilla cobra vida ante mis ojos.

Mia recorre el jardín en completo esplendor, vestida de blanco, con el cabello negro recogido y algunos mechones ondulados caídos sobre la espalda, que el viento los hace girar. Esta bellísima. No puedo evitar sonreír. Parece tan feliz; aunque no pudo ver su rostro, sé que es así. Está de espaldas y parece que sostiene algo entre los brazos. Por unos momentos, pienso que lo que vi en mi habitación es una loca y espantosa pesadilla, y lo que ahora ven mis ojos es real, lo que sería el futuro de Mia. Pero mi felicidad dura poco: en el momento en que ella se gira, quedando frente a mí, me siento caer por una pendiente, desmoronándose mi corazón a pedazos.

Su vestido blanco está manchado en sangre y en sus brazos sostiene a una niña hermosa. Pero no es la Mia que conozco, sus ojos están dilatados y perdidos en una oscuridad inimaginable, con el rostro desencajado. La niña la mira con sus ojos violetas y un anillo rojo alrededor de sus pupilas, ya no es nada adorable. Parece un demonio y me sonríe de una manera macabra. Mis piernas se debilitan a tal punto que no creo que pueden sostenerme más tiempo y ceden, como si algo invisible las obligara a doblarse. No sé si gritar o llorar para sacar este dolor que se arraiga en mi alma. Una fuerza sobre humana impide que me desplome contra el suelo.

—Selt, ¿estás bien?

La voz de Sergio me devuelve a la realidad. La visión se desvanece y, frente a mis ojos, solo está la enorme mansión.

—Sí —digo automáticamente. ¿Qué podrá significar ahora esta visión?

Aun rodeada de sus brazos, me enderezo. No tengo ganas de entrar en detalles sobre las cosas que estoy viendo, sobre la posible muerte de Mia. ¿Cómo podría explicárselo?

—No me mientas —dice firmemente—. Sé que viste algo, ¿o acaso crees que es la primera vez que observo a alguien con el don de la precognición?

Me quedo atónita. Nunca imaginé que pudiera darse cuenta de mis visiones. Me libero de sus brazos. No creo que mentirle sea una buena opción, los lobos perciben muy bien la mentira, el miedo, el deseo...

Enmerald. Guardianes 1. Origen De Los OscurosWhere stories live. Discover now