Epílogo

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-¡¿Por qué no me dijisteis nada?! – gritó Iris llorando desconsoladamente.

- Porque ambos sabemos que no podrías soportar la situación. No estoy diciendo que seas débil emocionalmente, pero créeme que la sensación de estar allí fue espantosa.

- Pero yo quería ver a mi hermana...- bajó el tono – Yo siempre la quise mucho. Dahlia siempre fue tan lista y tan fuerte...Nunca se quejaba de nada.

Fuerte. Así es como Dahlia se había mostrado incluso a escasos minutos de caer por la maldita trampilla. Era un adjetivo que la describía muy bien.

- Lo siento, Iris. Quizás sí que fue un acto egoísta por nuestra parte, pero no queríamos que pasases por ese sufrimiento – dije abrazándola.

- Supongo que tienes razón. Solo de imaginarme la escena se me eriza la piel.

El Templo Hazakura estaba más nevado que nunca debido a las bajas temperaturas. Era Febrero y había pasado un mes desde la ejecución de Dahlia. Iris había decidido invitar a Maya Fey, asistenta de Phoenix y prima de la chica a entrenarse en aquel lugar para desarrollar sus poderes de médium. Pearl Fey, hermanastra de Iris y también médium la acompañaría. De rebote Iris mi había invitado a mí, a Phoenix y a Tom.

Había decidido ir al Templo Hazakura una hora antes de lo acordado para darle a Iris la terrible noticia sobre la muerte de su hermana. Por suerte, se lo tomó un poco mejor de lo esperado. Tom, Phoenix y Maya llegaron muy puntuales. Me presentaron a la médium y charlamos un rato para conocernos mejor. Resultó que, al igual que yo, era una gran fan de las hamburguesas. Ya me caía bien. Seguimos conversando jovialmente hasta que Phoenix llamó a Maya para decirle algo en privado.

Cuando el sol se puso dejando paso a un cielo oscuro y estrellado salí a dar una vuelta a pesar del frío y la nieve que azotaba las montañas. Sin pretenderlo acabé en la entrada al Puente Oscuro. No pude evitar acordarme de ella. Allí es donde Dahlia cometió su primer crimen, el secuestro falso.

Después se me vinieron a la mente otros recuerdos mucho más positivos, como las conversaciones que manteníamos en el centro de detención. Por último recordé cuando éramos unos niños pequeños y ella estaba curándome la herida de la rodilla ante la atenta y fría mirada de su madre. Ese último recuerdo fue el detonante para que me dejase caer al frío suelo mientras me limpiaba las lágrimas.

Noté una presencia detrás de mí. Me giré y vi a Iris con el traje de médium de Maya.

- ¿Iris? ¿Qué haces con el traje de médium de Maya? – pregunté sorbiendo la nariz.

- ¿Iris? ¿Ya no me reconoces, Alex? – puso una mueca forzada que reflejaba tristeza.

- Esa voz...- susurré con los ojos como platos y la boca abierta - ¿Dahlia? – en ese momento recordé todo lo relacionado con la técnica de canalización Kurain que había investigado los últimos años. Lo comprendí. No era Dahlia. Era el espíritu de Dahlia canalizado por Maya.

- Menos mal que me recuerdas – sonrió.

Me levanté como un rayo a pesar de que sentía que todo mi cuerpo estaba congelado. Corrí hacia ella y me tiré a sus brazos sin pensármelo dos veces. Aunque hiciese mucho frío pude notar su calor.

- Te quiero mucho, Alex – susurró apoyando la cabeza en mi hombro.

- Y yo a ti, Dahlia. Muchísimo

¿FIN?

La redención de DahliaWhere stories live. Discover now