Capítulo 2: A 20mil leguas de un gracias

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Lo más lindo de la Navidad, era el clima. Nadie podía dudarlo, el frío y la nieve cayendo por tu ventana era una de las mejores sensaciones que había; el lado malo era, tener que ir a clases en pleno mes de Diciembre. Lo único que podía motivar a Verne a ir a la Universidad en esas fechas, era que servían un rico chocolate caliente en la cafetería principal.

Estaba sentado esa mañana en su salón de clases, con su nuevo libro y un vaso de chocolate, intentando concentrarse y buscar inspiración para lograr las rimas que podía decir esa noche en el programa, cuando Nicolás, su mejor amigo, llegó junto a él.

— ¿Qué estás leyendo? —preguntó y le quitó el libro, su ceño se frunció—. Pensé que no te gustaba Julio Verne.

—Y no me gusta pero es parte de un regalo—respondió, Nicolás lo miró curioso. Se sentó sobre el escritorio del chico y lo miró.

—Cuéntame más, ¿un chico o una chica?

—Chica—dijo—. O bueno, eso fue lo que dio a entender—Nicolás alzó sus cejas y sonrió.

—Así que tienes una admiradora.

—Ella quiso llamarse a sí misma, amiga secreta—Nathalia, su compañera de banco, llegó junto a ellos. Le dio una mirada a ambos y luego sacó su teléfono dándole toda su atención al mismo.

—Hey Nath, ¿viste que Verne tiene una amiga secreta? —preguntó Nicolás, la chica alzó la mirada y se encogió de hombros.

—Escuché en su programa que lo haría con los de su trabajo—Verne la miró sorprendido.

— ¿Escuchas mi programa?

—Toda la clase lo hace, no te hagas el sorprendido—respondió, miró nuevamente su teléfono. Nicolás suspiró y luego volvió a fijar su mirada en Verne.

— ¿Quién te toca a ti? Como amigo secreto.

—Ruth—sonrió—. Hoy le compré un chocolate para colocarlo en la caja de amigo secreto, espero que le guste porque realmente no sé si le gusta el chocolate.

— ¿A quién no le gusta el chocolate? —se metió Nathalia en la conversación—. El chocolate blanco quizás, pero que pecado si no te gusta—Verne rió.

—El chocolate blanco es mi favorito—suspiró el chico, Nicolás se levantó rápido del escritorio al ver que el profesor había llegado—. Nos vemos en la salido—le dijo Verne a su amigo, para luego dirigir su mirada y toda su atención al profesor.

~•~

« ¡Faltan tan solo catorce días para navidad!» Sonrió al ver el letrero de la entrada de la radio y paseó hasta llegar a su estudio en donde pudo ver a Ruth dentro de la cabina de grabación. Dejó el chocolate en el caja sin que ella se percatara y entró para saludarla.

— ¡Hey! Feliz casi navidad—ella lo miró y se encogió de hombros. Dejó el guión en la mesa pero en su intento de hacer todo rápido, se le cayó varios papeles de la mano.

Verne se agachó para recogerlos y se los entregó, ella los tomó rápido y caminó fuera de la cabina.

—De nada—dijo sabiendo que no iba a escucharlo. Suspiró y se sentó en la silla y tomó el guión para leerlo. Kira solía marcarle con resaltador las partes que ella necesitaba que no improvisara.

Le echó un vistazo a Ruth y pudo notar que estaba colocando su regalo en la caja, su corazón latió rápido con sólo tener la idea de que ella pudiese regalarle a él también. Christian y Darla llegaron, ambos vestían de color rojo con un gorro de navidad puesto, Christian saludó alegre a Ruth y ella sólo se limitó a darle una pequeña sonrisa.

A 12 regalos para NavidadWhere stories live. Discover now