Prólogo

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PROLOGO

A veces pasas toda la vida buscando respuestas, buscando algo que te haga sentir completa, viviendo por sueños inalcanzables, que desperdicias los pequeños detalles a tu alrededor, idealizando todos los momentos futuros, perdiendo de vista el verdadero sentido de vivir.

¿Qué es lo que verdaderamente existe entre nacer y morir? es lo que todos debemos preguntarnos alguna vez.

Y entonces esa sincera respuesta será lo que haremos de nuestra vida.

Palabras escritas por Danielle Ficher en su lapto, mientras escuchaba sin querer la conversación tan sentida que se estaba llevando a cabo en la mesa de al lado.

-Te llame una y otra vez, quería escuchar tu voz, entender que todo lo que hemos vivido no fue un sueño, sentir tu aliento, tu respiración, necesitaba cualquier cosa que fuera parte de ti, pero no obtuve ninguna respuesta de tu parte, sabes cómo me hizo sentir eso? Me hizo sentir como una extraña, como si mi alma estuviera rota. Tuve que convencerme, repetir noche tras noche que lo que pasamos, que lo que sentí no fue real, que solo era una consecuencia del trauma, pero aun así seguía sintiendo un vació que nada podía llenar. Era como si me hubiera perdido en el camino, como si gran parte de mí solo dejo de existir.- La chica sollozaba, su respiración era pesada le costaba seguir hablando, tenía una opresión en el pecho que no lograba desaparecer, el sostuvo su mano para reconfortarla mientras con la otra secaba sus lagrimas.

-No podía, lo siento, solo no podía contestar, yo pensé que habías continuado con tus planes, que eras feliz y no podía ser parte de todo eso. No lo iba a soportar... solo quería escapar, tratar de olvidar todo de ti. Pero nunca fue posible, sabes, te veía en cualquier parte, incluso cuando dormía, lo único que me consolaba eran los recuerdos, saber que en algún momento de mi vida fuiste completamente mía.

-Es decir que solo de eso se trata, solo con eso te bastaba, te era suficiente con los recuerdos- inquirió ella alejando su mano de la de él. Gesto que al chico le desgarró el corazón.

-No, me era suficiente saber que estabas viva, que habías conseguido cumplir tus sueños, sabía que nada de lo que había pasado podía cambiar todo lo que habías vivido con él, y me sentí egoísta al desear en un momento de todo el camino que nunca nos encontraran. Pero cuando te veía suspirar, soñar, reír a pesar de todo, lo único que me importaba es que fueras realmente feliz, y entendí que en ese lugar jamás lo serias.

-Pues algo en mi también lo pensaba, hasta que volví a mi realidad y lo tenía todo, besos, abrazos, sueños, amor, amigos, absolutamente todo... todo menos a ti, y solo eso importaba- Confeso ella observando caer la lluvia sobre la acera a las afuera del restaurante donde se encontraban- Pero simplemente el tiempo pasó y comprendí que todo fue un instante de felicidad que la vida nos regalo, y que en nuestra realidad no sería posible revivirlo, así que continúe y comencé a reinventarme. Ahora estoy tranquila, en paz, con sueños distintos, por eso acepte reunirme contigo esta tarde, para darle un cierre a este sueño inesperado que nunca imagine.

Hay historias que solo se viven una vez, hay trenes que jamás vuelven a pasar, y nosotros no lo supimos ver, perdimos este amor que nació en las sombras del Amanecer. ¿Porque en definitiva el corazón es solo un musculo verdad?

Sus miradas se encontraron justo en el momento que él respondía

-Que estúpido fui- Ella sonrió tristemente mientras se levantaba de la silla y contestaba- Ambos lo fuimos.

Después de fundirse en un aferrado abrazo, mientras contenían sus profundas emociones. Se despidieron sin una última mirada, y la tormenta que azotaba el lugar arraso con todo lo que iba encontrando a su paso, confundiéndose con las lágrimas que caían de los ojos de dos personas quienes caminaban en destinos contrarios lejos del polvo, el espanto y la sombra.

Siempre habrá un día despuésWhere stories live. Discover now