Capítulo 9

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Ana corría como nunca había corrido, la discusión con Mimi le había quitado mucho tiempo y le daba miedo las barbaridades que Jadel le podría estar haciendo a la chica de la melena. Se recorrió la comisaría entera, miró cada sala en la que Jadel podría estar torturando a Miriam pero no los encontró en ninguna. Así pasó un par de horas, ni siquiera se dio cuenta que ya había sonado el toque de queda hasta que pasó por en frente de la zona Z, la zona este de la comisaría, la cual estaba infestada y tenía prohibido el paso a todo el mundo por precaución, o eso pensaba Ana, pues vio a Tinet meterse apresuradamente. Hizo el amago de ir detrás de él, pero un guardia la paró.

- ¿Qué haces aquí? Ya ha sonado el toque de queda.

- Estoy... Buscando a Jadel... - respondió sin apartar la vista del pasillo que daba a la zona Z. - ¿Lo has visto por alguna parte?

- No. Ahora vete a tu cuarto.

- Está bien, ya me voy.

Ana dio media vuelta y empezó a andar de camino a su cuarto, ideando la forma de escabullirse más tarde, pues haber visto a Tinet metiéndose a la zona prohibida la había dejado algo intranquila. Un voz en su interior le decía que algo no andaba bien, ¿no sería demasiada casualidad que no encontrase a Miriam por ningún lado y que el ojo derecho de Jadel entrase a una zona prohibida? Desde luego, no tenía planeado quedarse sin investigar.

Mientras tanto, una pobre gallega se encontraba en el frío suelo de una habitación al más puro estilo de Saw, atada de pies y manos por la espalda.

La sala parecía haber sido creada por y para torturar. Era pequeña y poco cuidada, tenía unas cadenas colgando del techo, una bañera, que seguramente había sido usada más de una vez y no por motivos de higiene precisamente, una silla y una manguera que conectaba a un grifo. La habitación, para sorpresa de todos, estaba en la zona prohibida. Era perfecta, estaba alejada de las zonas principales del refugio, por lo que los gritos de tortura no se escucharían, además era una habitación muy fría puesto a que a esa parte de la comisaría nunca le daba el sol.

Miriam no podía dejar de temblar, inmovilizada y sin visión no tenía ninguna oportunidad de escapar. Simplemente se dedicó a escuchar con atención el silencio agónico que la rodeaba y a esperar paciente su destino. Se había rendido por completo, o eso pensaba, pues cuando escuchó unos pasos acercarse por el pasillo la desesperación la invadió por completo y cuando la puerta se abrió no dudó ni un segundo en suplicar por su vida, aún sin saber quién era la persona que tenía enfrente.

— Por favor. Por favor, no me mates. — sollozó.

— Cállate. — ordenó Jadel con cierto atisbo de superioridad.

— Por favor... Haré lo que quieras...

— Quiero que te calles. Tu voz me pone nervioso. — hizo una pausa. — Aunque no me molestará tanto cuando te pongas a chillar del dolor.

Un escalofrío recorrió la columna vertebral de la gallega. No era capaz de comprender cómo una persona podía llegar a ser tan malvada, egoísta e insensible... Ya lo dijo su hermana en su día: "Este chico es un psicópata"

Su hermana... Miriam no pudo evitar acordarse de su hermana. Estaba segura casi al 100% de que estaba muerta, por lo que intentaba no pensar en ella, pero ahora le resultaba imposible.

Unos pasos más se escucharon en el pasillo y acto seguido, la puerta abriéndose.

— Hola jefe.

— Ya era hora, Tinet. ¿Has traído todo?

— Sí. ¿Por dónde empezamos?

— Empezamos suave, ¿no? Ponla en la silla y llena la bañera.

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⏰ Last updated: Feb 11, 2021 ⏰

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