Capítulo 31 - Acción de Gracias [I]

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Canción en multimedia: Conversations with my wife [Jon Bellion] [versión acústica]

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Capítulo treinta y uno: Acción de Gracias [I]

Jueves, 22 de noviembre

    Jayden Bremen:

    —Alguien tiene que decirle al tío Bastian que sus chistes no tienen gracia.

    Asher hace una mueca, tirado en el sofá desde hace más de media hora y con palomitas recién hechas sobre su regazo. Desde aquí puedo oír las risas de mi tío y nuestra madre en la cocina. Sus chistes, en francés, son unos de los que mamá ríe mientras que papá no entiende. Asher, cansado de la conversación, no ha tardado en irse, sólo ha necesitado terminar su postre para levantarse de su sitio y escabullirse. Tampoco puedo echarle nada en cara porque yo he ido detrás.

    —Vamos, el de la maestra ha estado bien —dejo caer antes de citar su inicio—: Conjugue-moi le verbe savoir à tous les temps [Conjúgame el verbo "saber" en todos los tiempos]

    Golpeo sus pies para que los baje y poder sentarme. Asher termina el chiste por mí diciendo:

    — Je sais qu'il pleut, je sais qu'il neige... [sé que llueve, sé que nieva...]

    Lily, sentada en la alfombra junto al sofá, ríe. Asher rueda los ojos.

    —C'est pas drôle. [Eso no me hace gracia] —dice Asher.

    —¿Es que hay algo que a ti te haga gracia? —pregunto—. Por cierto, os traigo algo.

    —Si c'est encore du popcorn, on est saturés, pas vrai, Lily? [Si son más palomitas, estamos llenos, ¿verdad Lily?] —dice Asher.

    Lily mira sobre su hombro, ella ha preferido la alfombra a alguno de los sofás mientras juguetea con la tablet de mamá.

    —Verdad —dice Lily.

    Lanzo los kit-kats sobre mi hermano.

    —De nada, idiota. —Me quedo con una de las barras que le he lanzado encima y le lanzo otra a Lily. Asher prefiere seguir con sus palomitas. Mientras nuestros padres y el tío Bastian siguen hablando y comiendo la tarta de calabaza que papá no sabe preparar, nosotros nos quedamos aquí tirados. La televisión está puesta, pero ninguno le está haciendo caso. Asher está mirando al techo, Lily jugando con la tablet y yo, bueno, yo saco el móvil—. ¿Te quedas hasta el domingo?

    —Non, jusqu'à samedi.

    —Samedi —repite Lily, ella se gira para mirarnos, con el pelo cayendo en duros tirabuzones que mamá le ha hecho hace unas horas—. ¿Eso era sábado o domingo?

    —Sábado —responde Asher—. Me quedo hasta el sábado, Lils.

    —¿Por qué? —pregunta ella.

Compañeros de delitosWhere stories live. Discover now