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Aries, arrodillada en la entrada de la casa, metía dentro de un gran bolso negro armamento de guerra.

— Ari... -Capricornio, apareciendo tras ella, se quedó con el ceño fruncido observándola.- ¿Qué haces?

— Una animadora nueva en el equipo se rió de la niña adorable. -dijo sin mirarlo, mientras metía un cuchillo jamonero.

— ¿De Piscis?

— Sí. Voy a ir a hablar amablemente con ella... -con las dos manos consiguió meter una metralleta enorme dentro del bolso.

— No te voy a dejar, ¿sabes?

— Soy muy fuerte, tú no podrás conmigo. -sonrió victoriosa y cerró el bolso antes de ponerselo al hombro con bastante dificultad.

( ... )

— ¡No, no dejarás que falte al funeral de esa fea put*! -agarrada con uñas incluidas al marco de la puerta, Aries pataleaba para que Capricornio no la metiera de nuevo a la casa.

— ¡Comportate! ¡Estás peor que esa vez en la que le sacaste el diente a la chica que no te invitó a su cumpleaños! -tomándola de los pies, trataba de tirar de ella sin recibir patadas en la cara.

— ¡Yo tenía que haber ido a su cumple! ¡Tardé seis meses para aprenderme la canción y al final no la pude cantar porque no me dijo dónde celebraba la fiesta!

— ¡Y aún así te colaste en su casa y te comiste su tarta! ¡Seis horas antes de que empezara!

— ¿¡Y cómo sabes tú eso?! -dejó de moverse para observar asustada al otro.

— ¡Porque me llamaste diciendo que te habías drogado en casa de tu hermano, imbécil! ¡Y cuando fui a recogerte, saliste con la cara llena de chocolate! ¡Y en el buzón de la casa ponía «Duncan»! ¡Y tú te apellidas Cabrera!

Un golpecito en la puerta hizo que los dos dejaran lo que hacían y se pusieran como dos personas cultas en el porche de la casa.

— ¿Sí? ¿Qué desea? -Capricornio dejó sus manos tras la espalda y observó serio a la joven asiática frente a ellos.

— Soy Kim, encantada. -extendió la mano hacia él. Al ver que no la tomaba, la alejó y sonrió incómoda.- Vivo en la casa de al lado. Venía a deciros que la pared de vuestro baño se ha venido abajo y a aplastado a mi perro.

— ¡Oye! ¡Tú eres esa que llamó a Piscis niñata! -Aries la comenzó a señalar con el dedo índice.

— ¡Porque me lanzó su batido a la cabeza! ¿Por qué crees que ahora me saco trozos de uva del pelo?

— No lo había pensando. Bueno, sí, tienes razón. Disculpadme, iré a regañarla.

Aries se dio la vuelta para ir a subir las escaleras.
Capricornio, casi sabiendo lo que iba a pasar dio varios pasos hacia atrás.

— Bueno... ¿Estás soltero? -Kim empezó a pestañear de forma sexy para captar la atención de él.

— Sí. Y creo que tú vas a estar muerta en unos segundos...

Dicho esto, un cristal roto se escuchó y encima de la asiática acabó un sillón enorme, aplastándola contra el suelo.

— ¡Y tu perro lo tenía yo! -gritó Aries desde la habitación de arriba.

Un perro pequeño y peludo se sentó encima del sillón, y empezó a soltar un líquido amarillo sobre las almohadas.

(...)

— Virgo, ve a sacar la basura... -Virgo, imitando la voz de una chica arrastraba una bolsa negra hasta el basurero tras la casa.- Puff... ¡Ve a sacarla tú, niña con acento español!

Residencia ZodiacalWhere stories live. Discover now