Él
Sabía que se iba a caer incluso antes de que cayera.
Se acercó a ella, corriendo.
La preocupación inundó su alma, aunque no la conocía.
Ella era adorable, y perfecta. Y su cabeza morena asintió lentamente a su pregunta .
Fue incapaz de controlarse y le preguntó su nombre.
Y en esos segundos de silencio pensó que no se lo diría.
Pero lo dijo. Y Arabella se convirtió en el nombre más bonito que había escuchado nunca.
