Parte 18

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Luego de está fiesta, tocaba la noche de bodas, Alice ya había llevado su ropa a la casa de James, ambos habían acordado que era un matrimonio solo para ayudar al padre de Alice, por lo cual no iba a ocurrir ningún tipo de relación íntima entre ambos, aunque debían aparentar ser un matrimonio feliz.
Alice: Creó que iré a dormir a la habitación de al lado.
James: Quedate, ante todos somos un matrimonio, prometo no hacerte nada.
Alice: Yo...
James: Prometo que no haré nada, por favor.
Alice: Esta bien.
Ambos se recostaron en la cama sin mediar palabra en la noche, al día siguiente, James se apresuró a vestirse, había dormido muy bien en compañía, al ver a su lado, se percató que Alice ya había despertado más temprano.
Alice: James, el desayuno está listo.
James: Oh, perfecto ¿te levantaste para hacerlo?
Alice: Si, también debo ir al trabajo.
James: Eso no es necesario, ya avisé que renunciaste.
Alice: ¿Porqué hiciste eso?
James: Eres mi esposa, una dama de sociedad no trabaja y menos de mesera, lo que debes hacer es solicitar la transferencia de tu padre con nuestra partida de matrimonio.
Alice: Sé eso, pero igual quiero trabajar.
James: Que te parece si te pago por hacer las tareas de la casa, sería justo.
Alice: Pero eso lo hago, porque quiero.
James: Es igual, la ama de llaves sólo viene por unas horas a limpiar y preparar la merienda, encargate de la cocina nada más.
Alice: Acepto, con tal de no crearte contratiempos.
James: Muy bien, estoy retrasado para una junta (mientras tomaba el café con su pan tostado), se acercó hacia Alice y le dio un beso en la mejilla - Nos vemos para la cena.
Alice (sorprendida): Si
Mientras él se marchaba ella comenzó a sentir un presentimiento de como iba a terminar esta relación, pensó que sólo debía ayudar a su padre y se dirigió a hacer los papeles para el traslado.
James en la junta con América y Michael Clint habían acordado como iban a actuar sobre el préstamo a Inglaterra que se iba a dar la siguiente semana.
A la salida de la reunión.
América: James, felicidades por tu boda, no pude asistir por la reunión con las naciones.
James: No te preocupes, puedes visitarme para que la conozcas.
América: Sobre tu asunto, el día de mañana la asamblea se reunirá para aprobar tu proyecto.
James: Gracias Alfred, lo tuyo también es cuestión de días.
América: Si, me emociona que por fin lo lograré o mejor dicho lo lograremos.
James: Es una buena forma de decirlo.
Ya en la casa, James había llegado un poco tarde.
Alice: Bienvenido, te voy a servir la cena.
James: ¿No vas a cenar conmigo?
Alice: Ya cene, pero te acompañare con una taza de té.
James: Lo siento, la reunión se extendió.
Alice: Descuida, es tu trabajo y es bueno que seas serio en ello.
James: Dime algo ¿te gusta está casa?
Alice: Si, es muy linda.
James: Oh, ya veo.
Alice: ¿Porqué la pregunta?
James: Pensaba comprar una más grande, como ves el jardín es pequeño, pero vi una con un amplio jardín de rosas.
Alice: ¿rosas?
James: Te gustan las flores, ¿no es así?
Alice: Siempre me han gustado, mi mamá me enseñó a cultivarlas y cuidarlas con esmero para que crezcan fuertes y sanas.
James: Entonces mañana iremos a ver la nueva casa.
Alice: No tienes que hacer eso para que yo me sienta cómoda.
James: Ya venía pensando en esa idea, no te preocupes, solo ayudame a ver si esa casa es una buena opción.
Alice: Si puedo ayudarte me parece bien.
Cuando acudieron a la casa con el jardín, James vio la cara de emoción que puso Alice al ver todas esas rosas, con lo cual decidió estampar su firma para la adquisición de esa casa.
La mudanza fue rápida, paralelamente se había notificado desde Gran Bretaña que la reunión con los economistas se había aplazado unas semanas para encontrar una solución ante la posible declaración de quiebre de la nación, América estaba preparando su papel de héroe caritativo esperando con ansías cada día que tachaba de su calendario.
Mientras que Alice pasaba esos días junto a James, desarrollando el papel de un matrimonio, ella se pasaba cuidando las plantas, cocinando y leyendo, cuando él estaba a su lado se ponían a platicar del como les fue en su día, fueron a visitar al padre de Alice en dos ocasiones, ella lo presentó como un buen amigo.
Ya con dos semanas de casados, James había regresado un poco más tarde de lo usual, cuándo subió a su habitación y escucho el sonido de la ducha, se percató que era Alice, ya por la hora ella iba a descansar y antes tomaba una ducha, él lo hacia en otra habitación, sin embargo, los sentimientos que tenía acumulado no podía reprimirlos más, era igual que América, la ambición de obtener lo que deseaba era algo que volvía a este par dos personas totalmente iguales y fue lo que los hacía apoyarse mutuamente.

La fórmula para que te quedes a mi ladoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon