Parte 4

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Mientras ambos reflexionaban sobre ello, llegaron al lugar de la cita, subieron al cuarto del hotel que era de América, era uno de los mejores hoteles de Londres.

América: Bienvenidos, reina Isabel e Inglaterra.

Inglaterra: América, buenas tardes.

Reina: Es un gusto conocerlo, Estados Unidos de América.

América: Por favor, dígame América, no me gustan las formalidades.

Michael: vamos al comedor, donde podremos hablar sobre el trato.

Inglaterra: Isabel vamos.

Reina: Esta bien Arthur.

América: No hay honoríficos entre ustedes, las cosas cambian...supongo.

Inglaterra lo miró molesto.

Reina: Las personas que se tienen confianza tienen este tipo de trato, por eso no usamos honoríficos entre nosotros.

América: Ya veo.

Michael: Bien, América está es la suma que calculan los consejeros necesitan para el préstamo. (acercándole unas hojas)

América: Es una fuerte cantidad.

Inglaterra: Sabemos que es una fuerte cantidad, deseamos que el préstamo nos sea concedido con los intereses correspondientes.

Reina: Como dijo Inglaterra, este préstamo tendrá intereses y en un plazo de años, los que nos pueda ayudar a reflotar nuestra economía.

América: Entiendo su posición, díganme si les concedo el préstamo ¿cuánto tiempo les tomará que me devuelvan el dinero?

Inglaterra: Por la suma...asumimos que en unos 30 años.

América: Me parece bien.

Reina: Entonces ¿nos otorgará el préstamo?

América: Lo haré.

Inglaterra: Antes, dinos ¿cuánto serán los intereses?

América: Buen punto, esa es la parte delicada, aunque, esto va a la reina.

Reina: Dígamelo

América: No les impondré intereses a cambio de una garantía.

Inglaterra: ¿Por qué harías algo así?

Reina: Termina la frase, Estados Unidos.

América: Que fría, ya veo porque se entienden tan bien.

Inglaterra: Dilo de una vez.

América: Reina, lo único que pido como garantía del préstamo que le otorgare para que se me devuelva en el plazo de 30 años, es quedarme en ese tiempo con Inglaterra.

Reina: ¿De qué estás hablando?

Inglaterra: América, estas bromeando de nuevo, te digo de una vez que está no es una situación donde puedas hacer tales chistes.

Michael: América no bromea, miren - acercándoles unas hojas que eran el contrato que señalaba el préstamo, el tiempo y la garantía ya mencionada.

Inglaterra: ¿Qué rayos te pasa? (Enojado).

América no pronunció ni una palabra más.

Michael: Ustedes son los que deben de elegir si aceptan o no, miren la situación en la que se encuentra su país y en lo que les podría pasar de continuar de esta manera.

Reina: No lo permitiré, pide intereses o lo que quieras, no te daré a Arthur para que lo lastimes.

Inglaterra agarró de la mano a la reina y la miró dulcemente, ello hacía que América sintiera rabia, lo cual se reflejaba en su rostro.

América: Bien, decidan pronto, es una oferta tentadora, su majestad.

La fórmula para que te quedes a mi ladoWhere stories live. Discover now