Parte 14

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América lo abrazó y le susurró al oído: Haré lo posible para acompañarte cada hora o minuto que pueda.

Inglaterra: Ya debes irte, no digas tonterías (apartándolo).

América: volveré para la cena (sonrió mientras subía a su dormitorio a vestirse).

Inglaterra sentía como todo su cuerpo experimentaba una sensación de emociones y una calentura extrema de vergüenza, sabía que comenzaba a tener sentimientos sobre América de manera distinta a la fraternal, con lo cual, no se encontraba conforme y sin embargo no podía dejar de pensar en la noche anterior.

Cuando el americano se marchó, le sirvió al inglés como reflexión para analizar la noche anterior, pero igual no podía encontrarle una explicación lógica a la que había comenzado a sentir amor o deseos por estar con la joven nación.

Para el inglés lo primordial era cumplir con su parte del contrato, pero, el lindo niño que había cuidado por durante muchos años se había transformado en un magnífico joven que tenía profundos sentimientos hacía él, lo cual, ya no podía ocultar y que si en un comienzo le causo miedo ahora el sentimiento se había transformado en algo de cariño y quizás deseos por estar conectado con América.

En el despacho de América, procedió a firmar el contrato y los documentos que tenía pendiente, a lo que Michael entraba a la habitación.

Michael: Mi querido niño, ¿estás feliz?

América: No me digas niño (poniendo una mirada seria) sabes que solo eso me lo puede decir Inglaterra.

Michael: Mi error, perdón; quiero saber si éstas conforme por como va todo.

América: Si, dime, ¿qué necesitas?

Michael: James me pidió que te entregué estas fotos (sacando un sobre) de su familia, su hijo ya va a cumplir el año de edad.

América procedió a abrirlo y ver la foto familiar de su asesor principal mientras sonreía - Veo que el también está feliz.

Michael: Son vacaciones en familia.

América: Ya me marchó, vengo para la reunión del lunes.

Michael: Bien, no te volveré a molestar, solo si es urgente.

América: Eso espero.

En la casa del americano Inglaterra se encontraba leyendo en el estudio, los libros que eran más de guerras, historia, economía y estrategias le parecían interesantes, a lo que se absorbía en cada letra que leía.

América estaba pensando en realizar un viaje, unos días con su amado, a lo que, se preguntaba el lugar ideal dentro de su territorio. Ya al llegar a casa se dispuso a contarle al inglés de sus planes.

América: Inglaterra nos vamos de viaje. ( mientras sonreía).

Inglaterra: ¿ A dónde?

América: Es una sorpresa.

Inglaterra: Esta bien, pero, dime cuántos días serán mis plantas no pueden quedarse sin alguien que las cuide.

América: ya pensé en todo, voy a contratar a alguien para que cuide la casa y el jardín. Así que, no hay ningún impedimento para el viaje.

Inglaterra: Aunque te diga que no, igual me obligarías a ir ¿ no es así ?

Mientras decía ello, el americano sonreía asintiendo.

Ya alistándose para el viaje y a los minutos de llegar al lugar de destino una nostalgia entro en el

británico, ya que, las casas, su infraestructura, los colores y como estaba ordenado todo el lugar, así como, la cercanía al mar, todo hasta los más simples detalles le recordaba a su país.

Inglaterra: ¿Dónde estamos?

América: Bienvenido a nueva Inglaterra, lo hice pensando en ti.

Inglaterra: Yo...es como...

América: una copia, eso es lo que es, ya que, no estabas aquí.

Inglaterra: Todos esos detalles son como mi casa y la vista del contraste entre las construcciones con el mar es hermosa.

América: No tan hermoso como tú. (Sonrió)

Inglaterra: Callate (sonrojado)

El americano lo cogió de la mano y se fueron a mirar cada detalle de ese estado: desde sus clásicas calles, las majestuosas bibliotecas, universidades de prestigio y sitios de interés intelectual que era como se conocía a los estados que conforman nueva Inglaterra, a lo que dejo para lo último el paseo por la orilla del mar, el cual fue realizada llegada la noche.

La fórmula para que te quedes a mi ladoWhere stories live. Discover now