Capítulo 3: Nothing Seemed To Go Well

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Capítulo 3: Nada Parecía Ir Bien.

La casa de Valentina era la más grande que había visto en su vida y eso que aún se encontraba en la entrada, pero esa vista le daba lo suficiente para opinar aquello.

— detente aquí — ordenó Pamela cuando llegaron a la entrada después de que los de seguridad las dejo entrar. Juliana asintio y así lo hizo, salió rápidamente del auto y dio la vuelta para llegar a la otra puerta con la intención de ayudar a "Valentina" a salir, pero lo único que se permitió hacer fue sostener la puerta, ya que la chica ignoro por completo la mano que le ofrecía. Juliana ni siquiera sabia porque había hecho eso.

— No te quedes ahí— dijo cuado vio a la extraña morena parada a un lado del coche sin moverse, pareciedo un cachorro perdido — saca mi bolso y tu mochila porque ahorita vendrá alguno de los chóferes, y se lo va a llevar para estacionarlo en otro lado.

Juliana fruncio el ceño cansada por la forma en que estaba siendo tratada, así que se giro, tomo solamente su mochila y camino para ir a la salida.

— ¡hey! ¿a dónde vas? —

— Espero que el dolor en tus hombros no sea nada serio... — se detuvo para mirarla al hablar — y que te recuperes pronto, pero es mejor que me vaya.

— aún necesito que me ayudes con el bolso — mintió, sabiendo que cualquiera del servicio le llevaría el bolso cuado lo ordenara.

Juliana titubeo — se que has pasado por mucho el día de hoy, pero no me parece justo la forma en la que me estás tratando, yo sólo quería ayudarte. — Pamela resoplo cruzando los brazos aún cuando un ligero dolor se apareció, pero no quería quejarse más del dolor frente a esta chica... "¿qué se suponía que tenía que hacer ahora? ¿disculparse? ¡por supuesto que no¡ Ella no hace eso y menos con una completa desconocida. Pero también tenía que hablar con esta chica, dejar en claro que no tenía que hablar con nadie de lo que sucedió. Y no por defender al imbécil de Jefferson, sino por su propio bien. — Adiós Valentina. — murmuró Juliana ante el silencio.

— Ok, está bien, lo siento — camino para llegar a ella impidiendo que se fuera — Gracias por... por lo que hiciste al defenderme de... ese hombre y por haberme traído a casa.

— No te estoy pidiendo que me agradezcas.

— Lo se, pero... yo si te pido que me ayudes, por al menos a llegar a mi habitación. — Juliana tiro una risa

— tu casa es demasiado enorme

— ¿y?

— Estoy segura que con una casa así, tienes la suficiente gente de servicio que con gusto te ayudaría — respondió dándole la espalda para irse, pero Pamela le tomo del brazo y se detuvo frente a ella.

— si, pero yo quiero que sólo tu me ayudes — apenas murmuró cuando noto que al momento de ponerse frente a ella, estaba más cerca de lo que planeó. Vio atentamente como la morena trago nerviosamente y desvió la mirada de sus ojos a los labios. Pamela internamente sonrió. — por favor — se acercó un poco más provocando que el cuerpo de Juliana se deshabilitara y tropezara torpemente al dar un paso necesario hacia atrás. La mano de Pamela que aún la sostenía detuvo una posible caída. Ambas empezaron a reír después de aquello.

— pasa.

Juliana antro a la casa cargando con mochila y bolsa mientras le sostenían la puerta, murmuró un pequeño "gracias" obteniendo un "de nada" cuando la puerta se cerró tras ellas.

— oye, está muy bonita tu casa.

— Es un poco fría pero supongo que si — dijo caminando rápidamente hacia las escaleras esperando que no se encontrarán con nadie pero en ese momento el ama de llaves apareció.

No One Compares To You. // JULIANTINAWhere stories live. Discover now