Silencio.

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<<So why don't we go, Somewhere only we know? >>

El sol da en la ventanilla del auto haciendo un reflejo enceguecedor.

Finalmente salí del hospital, fue la semana más larga de toda mi vida parecía no tener final. Evite a todos, no hable con nadie. No quiero hablar, no tengo ganas de pensar y formular las oraciones, quizás porque sé que consigo vienen las preguntas y junto a las preguntas a lo que más le temo, las respuestas.

Lily fue a visitarme. No hablé.

Pero ella si me habló , me habló como si fuera cualquier otro día, como si no hubiera sucedido nada, y el miedo disminuyó. No severamente, porque ya estoy suficientemente asustada con todo. Pero le agradezco, me hablo de Adam, de como un policía encontró la droga en el bolsillo de la chaqueta de Adam, de cómo casi voy presa y de como el está preso, de cómo salió ileso y de como yo me rompí dos costillas, me fracture un brazo y tuve una contusión en la cabeza, de cómo mis Padres se enteraron, de como un camión que venía a contramano hizo que Adam perdiera el control y cayéramos, de como en el instituto todos de repente sabían que existía y me deseaban una pronta recuperación. Quise agradecerle, aún sin hablar, sin pedirle que me dijera. Me leyó la mente, me dijo todo lo que quería y lo que necesitaba saber. No dijo palabras de más ni palabras de menos.

Ahora miraba el sol contra la ventana del auto, de cuán extraño era que el día estaba tan celeste y yo me sentía tan gris. Quería hablar, pero al mismo tiempo no quería. ¿Por cuánto tiempo estaría Adam preso?¿ Me odiarían mis padres ahora?. Sé que los desilusioné, que no era lo que esperaban y entonces, menos ganas de hablar tenía. Sé que no hay justificación ¿O si? Si les decía que estaba enamorada que lo hice por amor, ¿Me perdonarían? Y lo peor, a lo que tanto le temo ¿Como sigo después de esto? ¿Que hice?.

Me siento como una extraña en mi cuerpo, quizás es porque me gustaría ser alguien más, ahora mismo no quisiera ser yo. Por fin llegamos a casa, y comenzó a oscurecer eso me alegra en cierta manera ya que ahora el cielo parece acompañar mis sentimientos. Entré a la casa, mis Padres no mencionaron palabra en todo el viaje, o quizás yo no los escuche. Pasé todo el viaje con música en mis oídos con melodías, con letras de canciones diciendo palabras que por mi misma no podría encontrar, con el único aparato que me habían dejado tener un reproductor de música. Subí a mi habitación, y no pude evitar notar a mi Madre mirándome, no quise detenerme a pensar en su mirada en lo que denotaba aunque lo sabía, y ni siquiera tuve que pensar.

En mi habitación no pude dejar de sentir el olor a humo, quizás imperceptible para algunos pero no para mí. Lo aspire dejando que llenara mis pulmones, pensé en sentarme al borde de la cama y quizás encender un cigarrillo, busque debajo de un abrigo donde tenía un paquete pero no estaba. Eso es todo, mis padres ya lo sabían.

Cerré los ojos y me recosté de espalda en la cama suspirando, fue dónde sentí el dolor en las costillas, lancé un quejido casi inaudible rodé a mi costado sano y sentí las lágrimas caer. Miré hacia mi escritorio, pensé en escribirle un mensaje a él. Pero no encontré mi laptop, lo debería haber sabido ¿Cuanto tiempo será de esta manera? ¿Hasta dónde sabían mis Padres? Sé que me apartarían de él, pero creo que ellos también deberían saber, que el mismo me aparta de él. Se siente como estar en un lugar oscuro muy oscuro, sin ganas de levantarme, de caminar, de comer y principalmente de hablar. Sentí que alguien subía las escaleras, poco después sentí los golpes en la puerta. Era mi Madre lo supe porque mi Padre siempre golpea dos veces, y mi madre tres. No respondí, y mentalmente comencé a contar los segundos hasta que entrara.

Un segundo.

Dos segundos.

Tres segundos.

Cuatro segundos.

Cinco segund...

-¿Quieres que te prepare algo para comer?-Preguntó, cuidadosamente.

Negué con la cabeza. no hable. No quise. No pude.

Cerró la puerta y se fue. Seguramente está enojada, pero es que nadie me va a entender que no hay palabras en este mundo que me ayuden a expresarme. Principalmente que me ayuden a explicarles que fue mi culpa, yo me expuse. Lily me lo dijo, muchas veces, demasiadas tanto que me canse de escucharla. Pero ahora veo, me miro en el espejo y pienso, tenía razón. Esto no tendría que ser así, yo no quería que fuera así, así no era como las cosas sucedían en los libros que leía. Este o ese no era el amor que yo quería, que yo me imaginaba. No me detuve a tiempo no supe, tampoco quería.

La opresión en mi pecho crecía, por momentos quería sólo romper todo, gritar fuerte, correr lejos y verlo, después de todo solo quería verlo. No me importa si tendría que esconderme debajo de la cama, hasta que esta sensación desaparezca, aunque eso no ayudaba cuando mi mente se encontraba llena de él, de su forma de hablar, de su forma de ser, lo extraño. ¿Será que está pensando en mi? ¿Tendrá las mismas ganas de buscarme que yo al?. El no, al no le importa y lo sé , sé que no le importa para nada. Pero como le explicó eso, a mi corazón sé que es una frase trillada dicha millones de veces, pronunciada en unas miles de canciones, quisiera encontrar algo más original para decir. Pero no había otra frase que se acerque más a lo que se siente. Me dormí. Aunque me desperté durante la madrugada, unas cinco veces solo para mirar el techo fijamente hasta volver a caer dormida.

Me desperté, pero no me levanté en el silencio de la clara mañana escuche a mis Padres hablar.

-Creo que habría que decirle- Mamá , hablaba.

-¿A qué hora hay que estar allí? -Contestó, Papá.

-En una hora- El ruido de la vajilla no me permitió escuchar.

-Entonces ve a despertarla- Mi Padre, encendió la televisión.

-Yo creo que esto la ayudara-

-Aunque sea, quizás sabremos porque no habla- Podía imaginarme a mi Padre abrazando a mi Madre.

Escuché pasos subiendo la escalera, podría apostar que mi madre era la que venía para hablar conmigo.

Abrió la puerta despacio, y se sentó al borde de la cama.

-Kat -Susurró -Kat- Despierta -Me acarició suavemente el pelo-Katy -

Abrí los ojos, y la miré. Suspiró.

-Escucha, entendemos que no quieras hablar pero entiende que necesitamos saber que tan grave es lo que te ocurre-Asentí-Tenemos una cita en una hora -Me miró fijamente-Para que veas a una psicóloga- lo presentía, los conocía demasiado sabía que no iban a dejar las cosas así bono estaban. Entonces estaría una hora o más, frente a una extraña en silencio, seguramente pensaran que estoy loca pero no puedo hablar cuando no encuentro las palabras.



Diferentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora