𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑

5.2K 440 74
                                    

Mi padre envuelve mi cabello en su mano tirando bruscamente de mí en dirección a mi habitación. Casi puedo sentir el desprendimiento de mi cuero cabelludo. Él se caracteriza por ser un hombre agresivo pero parece que ahora está subiendo de nivel, si es que eso es posible.

Me tira a la cama y se sube encima de mí dejandome sin ningún tipo de escapatoria. Me está aplastando y a eso le agregamos los golpes que comienza a darme sin parar en el rostro y en las costillas, con puño cerrado, cada golpe aumenta mi agonía. Soy su saco de boxeo.

Cuando se cansa de lo mismo se quita su cinturón, me da vuelta boca abajo y comenza a estrellarlo contra mi espalda y trasero. Mis lágrimas caen humedeciendo el colchón, aprendí a no gritar por ayuda, ni a defenderme. Eso no sirve de nada, empeora las cosas.

Ya no aguanto más, siento que mis ojos poco a poco se van cerrando...deseo hundirme en la inconsciencia. Deseo despertarme un día y saber que ya no tengo que sufrir más ¿a quién engaño?Deseo morir.

Tú: ya por favor. -a penas tengo la fuerza para susurrar-

Padre: ni se te ocurra mirarme la cara de idiota jamás. -agarra mi cabello haciendo que mi cabeza se levante- yo puedo hacer contigo lo que se me pegue la regalada gana ¿entiendes? Toda tu eres mía -grita en mi oído, vuelve a oler mi aroma-

Tú: Sí padre pero, por favor, detengase.

Padre: me encanta cuando me ruegas. -suspira pesado- Si vuelves a venir a mi casa con olor a hombre, si lo que planeas es ser una puta, escondete debajo de las piedras porque si te llego a encontrar te juro que de esa paliza no quedas viva.

Se quita de mi encima y sale de la habitación tirando la puerta. Intento levantarme a pesar del dolor que me está obligando a quedarme justo donde estoy. Cuando lo logro me dirijo a mi espejo de cuerpo completo. Mi cara es una mierda. Tengo el labio reventado y las mejillas de un rojo vivo.

Quito todo el uniforme. Jadeo asustada de lo que veo ¿tendré alguna fractura? Le ruego a Dios que no, me giro y miro mi espalda marcada. Mierda. Esto dolerá como el demonio mañana. Miro que los moretones en mis antebrazos estan comenzando a formarse ¿en qué momento? No siempre soy consciente de lo que me hace.

Las marcas del cuerpo puedo ocultarlas pero las del rostro estarán difíciles porque para mí desgracia el maquillaje no es lo mio. Me deshago del rastro de lágrimas con brusquedad, estoy harta, ya no puedo más, quiero, no, ansío liberarme. Cada que pasa esto siento necesidad de hacerme más daño, como si yo misma quisiera recordarme que soy una basura. He intentado muchas cosas incluso cortarme y funcionó, ocasionalmente. Lo dejé cuando los efectos ya no me sastifacian. Intenté con todas mis fuerzas borrar esos pensamientos. No puedo seguir haciendo eso.

La parte positiva de todo esto es que mamá está bien. Yo...haría cualquier cosa por ella aunque sé que ella no lo haría por mí. Nunca se pondría intencionalmente en peligro así misma y mucho menos por mí.

Con ese pensamiento regreso a mi cama. Recoste mi cuerpo con cuidado y deje que las lágrimas siguieran cayendo, necesitaba liberarme de alguna manera y ahora sé me apetecía mucho llorar. Varias preguntas aparecieron en mi mente y ninguna con respuesta, en el momento menos esperado me quedé dormida.

[~]

Mi cuerpo está llorando de dolor, me ruega quedarse en la cama todo el día pero lo ignoro, tengo clases que no puedo perder.

Le doy unos últimos retoques a mi maquillaje, colocó una sudadera encima de mi uniforme y estoy lista para otro día. Me miro perfecta, como que nada hubiese pasado.

Bajo a la cocina donde mi madre me espera ya con el desayuno servido, me siento en mi lugar y comienzo a comer en silencio.

Madre: lo siento -baja la cabeza mostrando su arrepentimiento, a veces me pregunto si es real-

ENAMORANDOME DE LA CHICA NERD | PARK JIMIN.Where stories live. Discover now