Capítulo 6

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Las manos de _______________ vagaron por la parte superior del colchón, hasta notar que una pequeña parte de esta estaba húmeda. Paso la mano repetidamente por allí, aún seguía más dormida que despierta como para saber el porqué de eso, pero lo logro.

“Mierda, la baba” – maldijo mentalmente para secarse los morros con la parte de arriba de la mano. “Espero que nadie haya presenciado esto”- se dijo recordando todo lo que había sucedido el día anterior con George, cosa que le arranco una sonrisa enorme. La cual se borró dándose cuenta que estaba completamente sola en la cama. Seguro había huido al verla babear tanto en la almohada. Modo preocupación “on”.

La castaña se levantó de la cama, no sin antes girar la almohada, por si acaso,  y de intentar tapar la parte húmeda del colchón. Salió del cuarto y fue directa al baño de la habitación de su madre, donde antes de hacer sus necesidades se hizo un moño con una pinza grande, o un intento.  _____________ bajó las escaleras, aun preguntándose donde debía estar George, lo busco por toda la casa, pero nada.

Decepcionada y cansada volvió al cuarto y se tumbó en el suelo, mirando al techo, pensado que era lo que había hecho mal para que él se hubiera fugado de esa manera. Y no se podía decir  que la suerte estuviera de su lado, ni siquiera había sido capaz de encontrar su móvil para poder llamarlo.

La castaña se dio la vuelta haciendo que su frente quedara expuesta al  relajante frío que el suelo le brindaba, se quedó unos segundos así, pensando que ya arreglaría eso, que no debía llorar. Y abrió los ojos, para luego entrecerrarlos. Arrugo la nariz e intento adivinar que era esa figura que se podía apreciar debajo de la cama. Y los abrió como platos junto con la boca.

-¡Mierda, un monstruo!- chillo a susurros, para no despertarlo, después de levantarse como un rayo del suelo. – Bien ___________, tu puedes con el-  se dio ánimos, pensando en cómo acabar con el que le quito el sueño algunas de las noches de su infancia.  

Estiro los brazos y agarro lo que parecía ser el pie peludo del “monstruo” –por cierto, no pudo evitar pensar que sus pelitos eran muy suaves- y tiro de él, haciendo que el cuerpo semidesnudo de George quedara al descubierto. Tan sexy con solo ese bóxer. En las manos del ruloso – extrañamente, aun dormido- reposaba el móvil que tanto se había buscado minutos antes. ¿Qué habría estado haciendo George con él?

La chica no lo pensó mucho más y se lanzó a él, desbloqueo el aparato con esa “G” de George que tenia de Patrón –seguro que él lo debió adivinar con facilidad- y en la pantalla se abrió una de las conversaciones que había tenido con un chico hacia bastante tiempo. Él le hablaba de hacer cochinadas y ella solo le seguía el rollo hasta que Adam le preguntaba “¿Enserio lo harías?” y ella respondía “No, pero si te hace ilusión creer que si…

George había escrito “Esas cochinadas las a echo con su novio, payaso. Muérete de envidia.” Infantil. Pero no lo había llegado a enviar. ______________ sonrió por cómo podía llegar a ser el chico al que tanto amaba y se salió de la aplicación, viendo que el fondo de pantalla había sido cambiado. Ahora una dulce imagen de ella durmiendo y el a su lado sonriendo le llenaba los ojos de lágrimas. Era tan adorable. Cada detalle tonto que el hacía marcaba una sonrisa en su rostro por una eternidad más.

-¿__________________?- La llamo el ruloso con voz soñolienta mientras se sobaba el ojo con la mano.

-¿Qué pasa, chico con el que hago cochinadas? ¿Se mueren muchos de envidia por ahí?- Se quiso reír la castaña, pero George no capto bien sus palabras.

-Sí, si cariño.

-¡Oye, pero no te duermas!- le dio un manotazo en el brazo a su novio cuando vio que este volvía a dormirse.

-¡Oye, pero se mas cariñosa!-le reprocho sobándose la parte afectada por el golpe y más despierto que nunca.

-Cuando tú seas menos dormilón- le sonrió con satisfacción y se levantó del suelo para luego correr hacia la planta baja. ____________ oyó un leve “Espérame” que provenía de la habitación, pero hizo caso omiso y siguió hasta llegar a la cocina. Poco después noto unos brazos que le rodeaban por atrás, giro su cabeza todo lo que pudo para darle un casto beso en los labios a George y siguió untando la mantequilla en la tostada. El chico solo se limitaba a mirar las acciones de su novia, apoyando su cabeza en el cuello de ella. Dejando que su aroma lo hipnotizara.

-George, amor.- llamo su atención - ¿Luego me dejas tú móvil?

-¿Para qué? El tuyo funciona a la perfección. - ____________ le miro mal, haciendo que así comprendiera que seguramente por el hecho de haber estado fisgoneando en el suyo, ella también tenía derecho hacerlo. Bien, lo tenía. Pero mejor no.- No, lo siento.- Dijo de manera dulce.

-Sí.- Insistió ella, más bien ordenándoselo.

-No.-Frunció el ceño.

-Sí.

-¡A que te violo en la encimera!-Amenazo.

-¡A que te violo en la nevera!-Amenazo de vuelta.

-¡A…! ¿Qué?- Eso no había tenido mucho sentido.- ¿Cómo se viola a alguien en una nevera?

-Primero, violándola; segundo, pasando frío y tercero, siendo muy flexible, porque si no, no sé cómo se cabe ahí. –Le explico.- Pero no me cambies de tema, quiero tu móvil.

-Está bien…- se rindió con bastante facilidad, pero era mejor eso que alguna venganza de parte de su novia.- Pero que sepas que ya no pienso igual que antes.-____________ se encogió de hombros sin saber a qué se refería George, mientras sirvió el desayuno en la mesa y espero a que el chico se sentara delante de ella. –Toma- le tendió el pequeño aparato electrónico.

-Gracias amor- la castaña le lanzo un beso al aire que George le devolvió antes de sentarse a comer. _____________ puso una “__” de patrón y vio como el móvil se desbloqueaba al instante. Infinito amor sintió por el en ese momento, eso era tan adorable por su parte. En la pantalla se podía apreciar un simple salva pantallas que venía incluido en el móvil – soso – pero dejo el arreglar eso para más tarde, debía curiosear tanto como el ruloso lo había hecho. Abrió la aplicación del WhatsApp y se enfundo en unas cuantas conversaciones que habían empezado algunas chicas, todas unas muertas de hambre en la cama, o eso parecía, porque lo que insinuaban no era para pensar otra cosa.

Una le decía cosas vulgares sobre que le iba a comer una cierta parte del cuerpo de forma algo indirecta, que lógicamente era suya, bueno, todo George era suyo. Y él había contestado “¿Qué me vas a comer? ¿La mano? No gracias, la necesito.” En fin, no sabía si es que no lo había captado o solo se hacia el desentendido. Pero aquello había provocado que _______________ casi se ahogara con un trozo de pan con mantequilla de la risa, amaba que su novio fuera tan borde con esas arpías come rabos. Y luego estaba esa chica, una que le enterneció desde el principio de la conversación. Era una chica que se había enamorado por primera vez de George, quien no, y demostraba que quería algo serio con él. Pero el castaño solo le decía que se dejase de tonterías, que el amor no existía y que dejase de soñar con príncipes y menos se creyera princesa. Lo iba a matar.

-¡George! ¿Cómo pudiste ser tan cruel con esa chica? – George le cogió el móvil y miro que había allí para poder entender a ________________.

-Perdón, si quieres la llamo y le digo que alguien me a echo cambiar de opinión sobre el tema y que ya creo en el amor. También le digo de intentarlo si así te sientes mejor.-jugo bien sus cartas.

-Así me gus… ¿Qué?- capto las palabras del chico algo tarde- Ah no, no. ¡Que se joda! Tú eres mío. – Lo miro orgullosa y le sonrió con dulzura. El sí sabía cómo manejarla y eso era una de las cualidades que apreciaba en un hombre. En su hombre.

Sin dejar que sean recuerdos (George Shelley y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora