CAP 4 || ¿Un celo?

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Harry tenía un humor horrible.

Desde el día que quiso recoger la ropa que había esparcido por el suelo, solo le hablaba de manera seca y cortante. Ya se estaba volviendo loco, extrañaba la amorosa forma de ser de su bebé.

Temía que su matrimonio se estuviera yendo al caño. Ya hasta dormía en el sillón porque Harry no lo dejaba entrar a la recamara.

La presión social siempre había afectado a Harry, las feas miradas que los híbridos les daban cuando los veían juntos haciendo las compras o cuando salían a pasear, su Harry siempre se refugiaba en sus brazos y escondía su cara en su cuello para protegerse un poco, le daba miedo pensar que al fin, toda esa presión social este ahuyentando a Harry de su lado. Ese siempre ha sido su miedo.

Ahora se encontraba desayunando un plato de cereal con leche, era lo único que se podía hacer ya que cocinar no era una opción para él, era capaz de quemar hasta el agua. Más temprano el tigre trato de hacer unos hotcakes pero los quemó.

También desde el día del incidente de la ropa Harry no había querido prepararle nada de comer, ni había querido ir a trabajar con él, cortando las frutas y ser una pareja feliz.

Extrañaba mucho eso.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos pasos provenientes de las escaleras, Harry venia tallando su ojo con su puño, sus rizos estaban desordenados, tanto que apenas y se veían sus cuernitos.

— Hola Lou — le dijo tan tranquilo, como si no le hubiera estado ignorando todos estos días.

Con los ojos abiertos por la sorpresa Louis le contesto el saludo y siguió comiendo su cereal con leche.

— ¿Quieres té o café?

— ¿Q-qué?

Harry giró sus verdes ojos y le volvió a repetir— Que si quieres té o café —sacó un sartén y del refrigerador unos huevos.

— Yo... yo, sí, si claro. Té, gracias —le sonrió sin saber que decir, no era un Harry amoroso pero al menos ya le hablaba.

El venado asintió y se dispuso a preparar el desayuno.

Cuando a Louis le toco irse a trabajar después de lavar los trastes, Harry se subió a la recamara.

Se sentía un poco raro últimamente, tenía unos cambios de humor muy drásticos, sabía que el pobre de Louis no sabía lo que le pasaba. Él ya tenía una idea.

Ya en la recamara se sentó en la cama a un lado de su buró ahí había un teléfono fijo, agarro la bocina y marco el número.

— ¿Bueno? —la voz de su madre se oía claramente desde el aparato.

— Hola má ¿Cómo has estado? —le pregunto amablemente pero en lugar de una frase recibió una risotada.

— Cariño, tu no me llamas para saber cómo he estado —soltó otra risa— tu siempre me llamas para pedirme algo ¿Ahora que se te ofrece bebé?

Harry sonrió un poco, fue una sonrisa avergonzada y es que no sabía cómo explicarle bien a su mamá lo que le quería decir.

— Bueno má...

— ¿Qué pasa bebé? Te oigo preocupado ¿Todo bien en casa?

El venado sonrió con ternura, su mama siempre se preocupaba por él.

— Nada malo me pasa má eso solo algo, que no sé cómo explicarlo —a estas alturas ya estaba rojo, ¡no sabía cómo decirle a su mamá!

— Cariño ya me estas preocupando, no será que Louis te trata mal...

Gotitas De Aguacero || LarryWhere stories live. Discover now