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Todos los compañeros de deporte miraban con mala cara como Zayn estaba sentado poniendo atención hacia la estrategia de juego gracias a que reposaba su barbilla en el hombro de Niall y lo abrazaba por la cintura. El entrenador terminó de explicar la jugada, viendo a cada uno de sus jugadores.

—¿Entendido? —preguntó. Asintieron todos, aunque la mayoría no había puesto atención a qué debían hacer.

Comenzaron a salir en fila, ambos chicos iban a hacer lo mismo antes de que fuera detenidos en la puerta.

—¿Niall, Zayn? ¿Puedo hablar un momento con ustedes? —Horan frunció el ceño y Malik rodó los ojos. Al final asintieron y el entrenador cerró la puerta para más privacidad.

—¿Pasa algo? —Zayn había sentado a Niall en sus regazos y llevado su mano al abdomen de éste para acariciarlo ligeramente.

—Además de que dos de mis mejores jugadores andan de novios, no. —explicó tomando asiento. —Si más no recuerdo ustedes...

—Nuestra vida privada es algo que no pensamos discutir. —Zayn lo detuvo de golpe.

—Lo siento.

—No seas tan grosero, Zy.

El entrenador suspiró, sin duda no estaba entendiendo el caso, pues no sabía qué demonios decir sobre la sorprendente noticia de que dos chicos que no se soportan son pareja. Algo andaba mal, pero luego veía la mirada que Niall le dedicaba a Zayn y viceversa y no le quedaba de otra que tragarse sus preguntas. El susodicho alzó las manos al aire encogiéndose de hombros, les dijo que podían retirarse hacia la cancha y entrenar de una vez por todas.

En el campo, Malik vio que dos de los chicos estaban un poco heridos y veían con cierto temor a Niall, siguió sus miradas sólo para encontrarse con Horan asesinándolos con esos orbes. Los cuerpos de los chicos tenían uno que otro hematoma, uno de ellos tenía la nariz morada y al otro se le marcaba el pómulo. Niall se acurrucó mejor al pecho del moreno sin dejar de verlos con advertencia, gritando un muy claro: Intenten algo y mueren. Ellos bajaron la mirada y se escondieron detrás de otros jugadores.

—Por eso era la sangre. —susurró Malik en su oído.

—Lo siento, eres mi propiedad y nadie la jode. —dijo en su oído antes de que el silbato sonara.

***

La campana de la casa de los Tomlinson sonó a través de cada pasillo. Jay dejó de cortar unas verduras para poder limpiarse las manos antes de ir hacia la entrada principal. Sonrió al ver que se trataba de Harry. El rizado llevaba unas gafas, sus rizos al aire lo hacían ver más sexy, la adulta tenía que ver hacia arriba para poder encararlo. Styles le sonrió, sus hoyuelos marcándose notablemente.

—Hola Harry. —saludó ella caminando hacia adelante y abrazándolo.

—Hola tía. ¿Está el enano? —saludó besando su mejilla, cosa que tuvo que agacharse para conseguirlo.

—Louis está estudiando, pero pueden jugar videojuegos un rato.

—No te preocupes, yo lo controlo. —chasqueó su lengua, entrando en la mansión. La mujer sonrió, cerrando la puerta tras su espalda.

El más alto caminó con su mochila en su espalda, subiendo escalera por escalera hasta el cuarto que conocía bastante. Harry sonrió, sintiendo un cosquilleo al tocar la puerta del cuarto de Louis.

A los segundos ésta se abrió con un castaño de ojos azules. Harry se quitó sus lentes, verde y azul combinándose. Louis se acercó a él y lo abrazó con cariño. Styles besó su cien, acariciándole la espalda con su mano. Tomlinson se puso de puntillas, permitiéndole al ojiverde tomar su trasero.

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