10

1.1K 115 62
                                    

Esa noche era hora de descansar. Niall estaba acostado sobre el vientre desnudo de Zayn gracias a que se había quitado la camisa por petición del rubio. Horan lo abrazaba por la cintura con toda su atención sobre el televisor, mientras que Malik tenía su cuerpo estirado, con una pierna afuera del sofá, la otra abierta a lo largo para que el otro varón se acomodara entre ellas. Una de las manos de Malik estaba acariciando las hebras rubias de Niall con pereza mientras que revisaba su teléfono.

Por alguna razón, al rubio le gustaba el calor que desprendía el cuerpo del moreno.

Su cabeza estaba reposada en ambos pectorales. Hace poco no había aguantado la tentación de poder morder uno, haciendo que el golpe que Zayn le dio valiera  totalmente la pena. Niall veía la novela del seis que daban a las nueve y media. Se acomodó mejor entre ese torso bien formado, posando su mano abierta con toda la confianza del mundo en el pecho de Malik.

Zayn pudo darse cuenta en ese rato que Niall hacía movimientos involuntarios. Así como lo hacen los niños, pues el rubio no separaba sus ojos del televisor por nada del mundo, pero aun así no dejaba de abrazarlo, incluso a veces morderlo sin siquiera darse cuenta. O de otra manera, si fingía lo hacía a la perfección. Otro rato más y la serie terminó, sonrió al escuchar el gruñido de Niall. Nunca había entendido esa emoción o sentimiento por una novela sobreactuada.

—Pareces molesto.

—La mala siempre consigue lo que quiere, cómo no estarlo.

Sus ojos se conectaron, la mano del moreno continuaba acariciando su cabello. Niall besó la línea en medio de los pectorales ajenos antes de subir y subir, llegando a esos labios que lo volvían loco. Decidió tomar más confianza, por lo que llevó sus manos al botón del pantalón de Zayn, desabrochándolo lentamente. Vio que los bóxer del moreno eran negros, amaba la forma en la que el pene de Malik se repintaba bajo esa tela; el maldito no tenía nada que ocultar.

—Van a ser las diez.

—¿Algún inconveniente? —preguntó acariciando la piel del morocho.

—Debo ir a casa, genio.

Niall volvió a besarlo fugazmente. Con eso estaba diciéndole su protesta en medio del beso. Además, quería poder continuar con Zayn a su lado. Se preguntaba cómo sería dormir con él, a deferencia de la última ocasión, estando consciente.

El silencio reinó varios minutos, Horan se puso de pie, viéndolo con un sentimiento que no podía explicar, algo casi cercano a la decepción. Suspiró y asintió. Aunque...

—¿Quieres quedarte? —salió de su boca al ver como Zayn se colocaba su camisa.

—¿Quieres que me quede? No traigo ropa.

—No empieces con tus arrogancias. —gruñó. —Si te lo ofrezco es porque quiero que te quedes. Duh.

—¿Por qué querrías eso?

—Porque me aburro, además, a nadie le hace malo un baño contigo antes de dormir.

El moreno dudó unos segundos, bah, qué más daba hacerlo, así que sólo se limitó a responder.

—Bien.

Subieron a la segunda planta, donde la puerta de la habitación de Maura estaba abierta y sonrió a ver a Zayn. Llegaron al cuarto del rubio luego de una corta explicación sobre que Malik iba a pasar la noche con él, que mañana los levantara con el desayuno hecho. La adulta asintió con felicidad. Niall se preguntaba por qué su aspecto cambiaba siempre que el moreno estaba cerca. No era cuidar su imagen, ella en realidad le alegraba tenerlos a ambos, o al menos de saber que alguien quería a su hijo, porque a decir verdad, Niall no era ningún santo.

RIVALS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora