Capitulo 2

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A una velocidad impresionante se abría paso sobre las ramas de los arboles con su pequeño cascabel sobre la espalda, ya era de día y pronto llegarían a su destino.

Eran alrededor de las 7:30 de la mañana cuando se detuvieron en una cascada, Orichimaru se adentró en ella junto a Hinata no sin antes cubrirse con una fina capa de chakra para no mojarse.

Al estar dentro se podía apreciar una cueva bastante normal si no tenías el suficiente nivel para descubrir que era una ilusión. Porque al ser la guarida de un renegado de rango S tenía que recurrir a altas medidas de seguridad. Con solo mirar la cascada el intruso caía inmediatamente en un genjutsu sin que este se diera cuenta haciendo que la pasen por alto y se quieran ir rápidamente. En simples palabras los repele. Claro que si expulsas una cantidad constante de chakra te liberas y en esos casos si el enemigo quiere entrar a la cueva detrás de la cascada al mojarse con el agua drena totalmente sus energías hasta el punto que podrán morir sin mencionar que al poner un pie dentro se libera un potente veneno que con solo inhalarlo una vez te destruye el sistema respiratorio provocando una lenta y dolorosa muerte pero si aun así siguen vivos tendrán que liberarse del genjutsu que está en la cueva para lograr entrar a la guarida y para eso se necesita una gran cantidad de chakra teniendo en cuenta que momentos antes se lo han drenado y si lo logran obviamente verán el largo pasillo de la guarida y miles de trampas activándose para exterminarlo. Claro que todo esto se puede evitar si eres el dueño de dicho lugar o aliados del mismo y puedes desactivar los métodos de seguridad excepto lo del agua por lo que se tienen que cubrir con una capa de chakra lo cual es benéfico por que entrena el control y aumento del mismo.

Ya en el pasillo se encamina hacia las celdas para dejar ahí a la pequeña, al llegar abre la primera que ve y se introduce en ella agachándose para recostarla en el suelo pues todas las celdas estaba vacías, al ponerse de pie da media vuelta para retirase pero cuando está fuera de esta se detiene.

Empuñando las manos da media vuelta y chasquea la lengua para volverse a meter a la celda y tomar de nueva cuenta al pequeño cascabel en sus brazos para retomar la marcha.

-¿Pero qué demonios estoy haciendo?- se preguntaba en su interior, con cara de fastidio se dirige a su alcoba.

Cuando llega a su cuarto abre la puerta y se adentra en ella. Deposita a Hinata en la cama y se va al baño, estando frente del lavabo toma un poco de agua y se moja el rostro.

-No lo entiendo, ¿es que esa niña está sacando mi lado humano?- se cuestionaba mirándose al espejo con una expresión frustrada. –Pero que estupideces estoy diciendo, en vez de pensar tonterías debería avanzar con mis experimentos.- se dijo danto por terminado el tema para salir del baño.

Se encamino hacia la cama y se detuvo al lado de Hinata quien se removía por el frio, tomo una manta para taparla y se quedó un momento observándola se veía tan linda y frágil...

-Tks, tú serás mi recipiente, nada más que eso.- le dijo molesto dando la vuelta para dirigirse a su laboratorio.

Dos horas después Hinata comenzó a despertarse, abrió sus ojitos observando el lugar con poca iluminación donde se encontraba, confundida se sentó en la cama para inspeccionar mejor el lugar, pudo ver a lo lejos muchos estantes repletos de pergaminos, tres puertas las que supuso eran del baño, el armario y la salida.

Observo la habitación varias veces tratando de reconocer el lugar pero nada venía a su mente mientras la angustia la invadía.

-¿Dónde estoy?- se preguntó en un débil sollozo comenzando a llorar, abrazándose a sí misma.

De pronto un recuerdo vino a su mente, era un hombre de tez pálida, ojos ámbar delineados en purpura y cabello largo y negro acariciando su cabeza sonriéndole amablemente. >Hi-na-ta< escucho que la llamaba contento.

Un latido en su corazón hizo que le doliera el pecho.

El vacío y la soledad que se incrustaron en su pecho fueron remplazados por un sentimiento cálido y tranquilizador.

Ya no sentía angustia ni miedo ahora cada célula de su diminuto ser estaba ansioso por encontrar a esa persona que según ella siempre estaría a su lado cuidándola y guiándola pero sobretodo dándole amor y cariño.

Un pasillo, muchas habitaciones, comedor, cocina, salas de entrenamientos, ¿celadas?, ¿estaba bajo tierra?, y lo que más le importaba encontrar; un laboratorio donde percibía una red de energía que reconoció –inconscientemente– en el instante que la vio.

Sintió como algo cálido que se acumulaba en su interior se especia por todo su cuerpo dándole luz verde para correr como si su vida dependiera de ello –pues ella así lo sentía–. A una velocidad poco normal para su edad recorrió el trayecto más corto para llegar a su objetivo, sin importarle que todo a su alrededor se tornara gris y poder ver a través de todo, de que sus piernas le quemaran y los pies le dolieran.

La red de energía que ahora no solo se distinguía mejor, sino que también logro ver la figura de un cuerpo humano, se percató que es de color azul marino y en el centro – en la boca del estómago para ser más precisos– se encontraba encendida una llama violeta- oscuro que la embeleso por el bello contraste que creaba.

-Falta poco.- se animaba en su interior al ver que solo tenía que llegar al final del pasillo, respirando entrecortadamente por el esfuerzo ejercido.

Dentro del laboratorio se encontraba Orochimaru de pie revisando los pergaminos que la noche anterior había robado esparcidos en una gran mesa y a su alrededor muchos frascos de diferentes tamaños llenos de sustancias de diversos colores y cantidades.

Estaba tan concentrado que dio un pequeño brinco en su lugar al escuchar la puerta abrirse de golpe y pocos segundos después tensarse al sentir como un pequeño cuerpo se estampaba en su lado derecho rodeándolo sus muslos en un abrazo un poco fuerte.

Con gran sorpresa y desconcierto en su rostro bajo su mirada encontrándose a la pequeña Hinata brindándole una enorme y hermosa sonrisa inocente cargada con mucha felicidad que si no fuera por el gran detalle de que lo miraba con unos ojos enmarcados por venas saltadas que estaba 100% seguro miraban atravesó de su cuerpo, sentimientos, emociones y alma lo hubiera derretido y ablandado un poco más el corazón.

Si antes estaba sorprendido ahora estaba estupefacto la pequeña niña de no más de 2 año había despertado el majestuoso y poderoso Byakugan algo que hace unos momentos había leído que normalmente se despertaba a los 6 y si eras prodigio a los 5 años, además que para ser la primera vez su rango es de unos 150 metros cuando lo común fueran unos 10, sin contar que estaba cubierta con una fina capa de chakra azul con toques violetas y al parecer no estaba muy consciente de su estado actual.

Definitivamente era una gran y poderosa caja de sorpresas.

Su análisis se vio gravemente interrumpido por la palabra que soltó con alegría la niña.

– ¡Papá! – lo llamo Hinata emocionada y feliz por haberlo encontrado.

Si antes estaba estupefacto ahora estaba en shock, con los ojos como platos y abriendo levemente la boca Orochimaru se quedó sin palabras.

La princesa de las serpientesWhere stories live. Discover now