1. Primer semana y bla bla bla

222 4 0
  • Dedicado a Mori_Mellark
                                    

¿Saben algo? Nadie se mete conmigo, N A D I E. Quien se mete conmigo, me las paga, eso quedó muy claro cuando ingresé en este colegio hace unos ocho años.

Ahora tenía que soportar la detención. ¿Por qué había llegado acá? Ah, ya me acordé. Por Jason y sus amiguitos. Pelotudos que no saben que se están metiendo con MADISON WALKER, hija de un empresario multimillonario y una madre diseñadora de ropa que tiene un negocio, también es millonaria.

Pero volviendo al tema, nadie se mete conmigo, él que se mete me las paga, de una forma u otra.

Y ahí estaba yo, parada, enfrente de pasar la puerta que divide al pasillo y la detención. Di un respiro antes de entrar a la sala de detención. «Lo voy a matar cuando lo vea» me dijo mi subconsciente y entré.

—Acá está la Srta. Walker, bienvenida otra vez a detención.

Miré al profesor con odio y luego lo miré a él, me esbozó una sonrisa.

—Te arrugarás si sigues frunciendo el ceño, perdedora.

—Piérdete y déjame en paz. —Le contesté fríamente.

«Este sí que no sabe con quién se metió.»

[...]

—¿Sabes? Todo esto es tu culpa, divita. —Me dijo Jason mientras limpiaba los bancos.

—¿Perdón? Esto no es mi culpa, es la tuya. —Dije frustrada.

Estaba frustrada porque por primera vez, fui a detención por culpa de alguien más, no mía. Sí, he ido a detención un centenar de veces pero, nunca, nadie, hizo que yo quede en detención hasta el día de hoy.

—Eres una hipócrita, hoy tuve doble detención, gracias a.. ¿quién? Ah, ya sé, UNA PELOTUDA DIVA QUE TENGO AL FRENTE. —Me gritó Jason e hizo que yo explotara.

Le pegué un buen cachetazo que hizo que él no tenga tiempo de reaccionar. Le hice sangrar la nariz. Me sentí plena por unos segundos.

—Mira, pelotudito, a mí nadie me falta el respeto, nadie me insulta, ¿te quedó claro? Porque sino, te vas a arrepentir. Ahora, ¡¡DÉJAME EN PAZ!! —Grité la última frase y me dirigí hacia la puerta.

—Eres una tara.. —Miró su mano que estaba con sangre gracias a mi golpe en su nariz y luego me miró.—¿Qué crees que haces?

—¿Qué creo? No, no creo nada, ahora mismo me marcho.

—No puedes, te castigarán.

—¡Estoy castigada, bobo! Ahora piérdete y déjame en paz.

—Y otra vez con la putita fra..

Pero no terminé de escucharlo. Me había marchado a mi casa.

Sonó el despertador, y lo apagué inmediatamente, obviamente mi intención es dormir unos quince minutos más.. pero luego recordé. Hoy es viernes. Salté de la cama y prendí las luces. Fui hacia abajo.

—¡MAMÁ! ¡PAPÁ! ¡ES VIER..! —Y me paré en seco. Encontré una nota en la heladera, haciendo que ya esté congelada.

«No, no, no. Que no sea cierto. Ellos no se fueron. No este viernes. No en mi presentación..»

Madd:

Hija, lo lamentamos mucho, pero teníamos que irnos. No sabíamos cómo decírtelo, por lo que te dejamos esta carta.

Volvemos en un mes, cuídate, ¿sí? Eres nuestra estrella, no lo olvides nunca.

Éxitos en tu presentación, lo harás de maravillas.

CambiumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora