3. Hospital

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Jason

 Me desperté. Mi primer reacción fue mirar hacia arriba, techos blancos, luces nítidas, ¿por qué me siento mareado? Pasé una mano en mi cabeza, ¿y por qué no recuerdo nada? Me senté y pude ver con más claridad el resto de la habitación: un sillón al lado de mi camilla, un televisor en diagonal, a mi izquierda había un baño, por lo que, todo encajaba, estaba en un hospital.

De repente entró una enfermera, debería tener unos ventipocos, era rubia, ojos oscuros y vestía con el uniforme, claro.

—¡Oh! —exclamó al verme sentado.—Al fin haz despertado, Jason, en un momento los doctores pensaron que nunca te ibas a despertar.

—¿Por qué? —pregunté confundido. Ella se pasó la lengua por el labio inferior tratando de provocarme... ¿¡No se da cuenta de que es una enfermera!?

—Oh, ya sabes, estando una semana sin despertar ya pensábamos que estaba en estado de coma, aunque sí, te han trasladado a esta habitación por eso, también a tu amiga la trasladaron a la habitación de al lado, pero todavía no despierta. —dijo con un tono de despreocupación. Ella se acercó a mí pero luego me alejé, ¿ES QUE ACASO NO SE DA CUENTA DE QUE NO PUEDE LIGAR CON UN PACIENTE?

—¿Y quién es esa amiga? ¿Qué me pasó? —dije tratando de evitar cualquier tipo de sorpresa que esté planeando.

—Creo que tu amiga se llama... ¿cómo se llamaba? —pensó.—Ah, ya, se llama Madison Walker, está en estado de coma y tiene una pierna quebrada.

 Lo único que pude procesar en esas palabras fue Madison, coma, pierna quebrada. Después recordé todo. Maldita sea, Madison estaba en coma por mí culpa, tenía también la pierna quebrada por mí culpa, tengo que visitarla.

 DIOS, ¿¡QUÉ HICE YO PARA MERECER ESTO, EH!? ¿¡ES QUE ACASO NO TE FUE SUFICIENTE HACER QUE ME CRUZE CON MADISON, Y QUIERES QUE AHORA LE DEBA TODA UNA VIDA!?

—Bueno, ¿puedo visitarla? —pregunté con cierto enfado y ella hizo caso omiso a su reacción. Genial.

—Pues, sí, claro, cariño, pero recuerda que tenés solo una hora para que finalice el horario de visitas. Ahora me fijo si está disponible. —Dicho esto se fue.

 Dios. Dios. Dios. «Haz hecho que Madison Walker esté en coma, estúpido» mi conciencia me estaba matando, pero lo peor es que decía la verdad, Madison, una de las más populares del secundario, estaba en coma. Podía no despertar, podía despertar pero en años, meses... y todo era por mi culpa. Mi maldita culpa. Nunca me voy a perdonar por haberle hecho semejante cosa a Madison, pero de seguro que ni siquiera me quiere ver cuando se recupere, es obvio, ella es diferente... no es como las demás, tiene algo en especial que todavía estoy tratando de descifrar.

—¿Jason? —preguntó la enfermera yo inmediatamente la miré y prosiguió—Ya está disponible, ya puedes ver a tu amiga. Su sala es la 277. —Le iba a agradecer pero se fue, mejor así.

 Salí rápido de mi habitación y divisé el número de la misma, soy 275. Sonreí al saber que voy a estar a pocas habitaciones de Madison. Caminé rápido hasta la habitación 277 y respiré profundo. «Entra ya de una puta vez» y entré.

 Madison seguía estando igual de preciosa como siempre, recordé como se había dormido en mi espalda, recordé como sonreía al bailar, recordé sus discuciones... daría cualquier cosa para que vuelva. Estaba sometida en un profundo sueño, no sonreía, no se movía, pero sus latidos seguían.

—Hola —dije acercándome a ella.—, no sé si me recuerdas, pero soy Jason, un compañero... no, en realidad, soy un conocido que siempre trata de molestarte. ¿Sabes? Siempre te molesto porque te ves preciosa molesta... si llegas a despertarte, y me escuchas, por favor no me pegues. —bromeé. La miré otra vez, quería que despierte, me pegue, y todo sea como antes.— Hoy desperté, me dijeron que ya pensaban que estaba en estado de coma, ¡por todas las palizas que me has dado! Pero luego me dijeron que vos también estabas en este estado, y que todavía no despertaste. —Hice una pausa.— Si... si llegas a escucharme... por favor, despierta. Se te extraña... de aseguro que tus amigos te están echando de menos, y es porque eres importante para ellos, sí, para ellos...

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