Cada vez

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Jamie

Observo el reloj esperando que el minutero marcara los últimos diez segundos para terminar la clase. No había sido buena idea venir al primer día de trabajo con resaca y más si debes enseñarles a jóvenes con un IQ alto. Había sentido la vergüenza cuando estaba en la universidad, en algunas ocasiones las bromas que me realizaban salían de control y me avergonzaban públicamente.

Pero lo que sentí el día de hoy no se compara a los días de universidad, era verdadera vergüenza. ¿Cómo se me había ocurrido venir con esa clase de actividad? Cada uno de los estudiantes que realizaban aquella ridícula actividad, me analizaban tratando de buscar por qué había sido contratado para ser su maestro. Hasta yo me lo preguntaba.

Era mi primer trabajo oficial después de haber salido de la universidad, no he tenido experiencia enseñando a niños y menos a jóvenes. Una parte de mí, cree que me pusieron en este encargo solo porque Jeremy Gray me recomendó ante ellos; no podían negarle nada a Jeremy Gray ni a su esposa Julia Gray. El mundo era más oscuro de lo que creíamos, mis padres eran personas correctas, pero el poder que había recolecta a través de los años los convirtió en una pareja invencible que, sin desearlo, podían tener a las personas más adineradas en la punta de sus dedos.

No creo que hayan leído mi currículo, aún no han venido hacia mí para hacerme la clase de preguntas de cómo se siente ser hijo de uno de los mejores abogados del país. Este empleo era una victoria vacía.

Miro mi escritorio con todo lo que había planeado para el día de hoy, debí haber seguido el plan de estudio entregado y ahora permanecen en ese escritorio con articulo olvidado. Dejo salir todo el oxígeno que tenía contenido a medida que los alumnos salen del salón; ellos murmuran y me observan para luego reírse.

¡Que decepción!

Unos pequeños golpes en la puerta hacen que levante la cabeza y encontrarme con dos profesores en la puerta del salón. Theo Lewis y Allison Stuart traen en sus manos algunos refrescos y bocadillos, y no había que olvidar mencionar la sonrisa que se mantenía en sus rostros. Permití pasar unas horas conversando con ellos, aunque los tres debíamos escribir un reporte acerca del desempeño del día de hoy y colgarlo como borrador en el foro de profesores del Internado Saint Patrick.

Theo era el profesor de música, fue el flautista por tres años de la orquesta filarmónica de Londres en las cuales una de sus presentaciones más significativas fue cuando toco para la reina de Inglaterra. Allison es la profesora encargada de la educación física del Saint Patrick y entrenadora del equipo de baloncesto masculino, quienes han clasificado a las nacionales tres veces consecutivas. Nunca han ganado.

—Tiene bolas Gray, llegar tarde el primer día de trabajo solo lo hacen los valientes o los que tienen el puesto asegurado. —Dice Allison mientras come un pedazo de pie de manzana que robo de la cafetería.

—¿No serás el yerno de la directora James? Ese joven que se va a casar con la hija de ella, quien tiene millones de euros en su cuenta bancaria, ¿no eres él? —Cuestiona Theo.

—¿La hija de James se casará? ¿Cómo lo sabes? —Inquiere Allison, Theo sostiene su mirada, pero pierde.

—Una conocida me informo acerca del evento, es por ella que supe que estaban buscando a un profesor de música en esté internado.

—No, no soy el futuro yerno de la directora James. Apenas tengo veintitrés años para estar pensando en casarme.

—Mi hermana se casó a los veinticuatro años, han pasado tres años y ahora tiene dos hijos los cuales su padre no quiere responder. Yo tenía ese plan de vida: encontrar al hombre indicado a los veintitrés años y casarme a los veinticinco años, pero mírame ahora, no pienso en tener un hombre por el momento.

Como encontrar el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora