Capítulo 16

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La galería estaba limpia y ordenada y ahora, por supuesto, vacía. Marga estaba al otro lado de la barra que obviamente tendríamos que devolver en unos días, pues era de alquiler, mientras se bebía una cerveza. Levantó la cabeza y me saludó, y desapareció bajo la barra trayéndose consigo una cerveza para mí.

Apoyé los antebrazos en la zona mullida de la barra y esperé a que Marga me contara. La exposición estaría unos treinta días más, eso sí, expuesto a todo el mundo.

-Hay una noticia buena y una noticia mala, ¿por cuál quieres que empiece?

Arrugué la cara ante su comentario. "La mala primero" le dije.

-La noticia mala es que pocos periódicos han hecho crítica de la exposición, se centraron en la aparición de cierta persona.

Si, algo había leído. ¿Leído? Era lo único de lo que se hablaba en el periódico... Torcí la boca, entre disgustada y resignada, eso es lo que tiene invitar a alguien famosísimo, que puedes salir perdiendo.

-A pesar de la ausencia de críticas -continuó Marga-, las pocas que han sido publicadas han sido favorables. Brindemos por eso -dijo, y choquemos las cervezas. Bebimos, y Marga siguió hablándome.

-La noticia buena es que -hizo una pausa para aclararse la garganta, creando un momento de dilación que me consumía por dentro- la exposición

-La exposición ¿qué? -la interrumpí. Fui brusca y es que no soportaba esa espera.

-¡Lo hemos vendido todo!

-¿Qué? -mi corazón iba a mil por hora, y si no era suficiente poder exponer, ahora me enteraba de que estaba todo vendido.

Marga me miraba sonriente y con los ojos muy abiertos, probablemente la misma expresión que se reflejaba en mí, pero yo estaría con la boca abierta hasta el suelo, sin exagerar.

-¿Vendida? ¿Enserio? -cuando Marga me asintió con la cabeza, salté al otro lado de la barra para abrazarla. Y salté. Y saltemos las dos abrazadas. Y dimos grititos. Y dejé que me corrieran lágrimas de alegría por la cara.

Cuando por fin pude parar, me serené un poco y me bebí el resto de la cerveza, y saqué otra de la cámara frigorífica.

-Y ya para rematar te tengo que decir que, la exposición entera lo ha comprado una persona nada más.

-¿Qué? -dije sonriendo. Una persona que había comprado cada una de mis fotografías. ¡Guau! - ¿Y se puede saber quién ha sido el generoso?

-Dylan Hoyt

*****

Fui a casa de mi madre tal y como le prometí. Sabía que el ambiente iba a estar tenso, pero me dije a mi mismo que debía de estar calmado, al fin y al cabo debía de fingir el papel de hombre reformado, y debían creérselo.

Para hacerte un resumen y para que no te aburras te diré que la tarde fue: mamá acusadora y hermano acusador. Una porque no había ido a verla tras salir del centro, algo respetable, y el otro porque había hecho falta en el grupo en medio del tour europeo.

Más tarde, ya cuando estaba a punto de irme de allí, mi hermano Jordan me dio un papel.

Lo examiné y vi detallaba el itinerario de conciertos que la banda debía de seguir. Con eso mi hermanito sólo me estaba metiendo prisa, a medias se alegraba de que estuviera fuera de rehabilitación y a medias desesperado porque volviera a coger las baquetas.

-Los contratantes se están quejando, habían contratado a toda la banda, no solo a Augustus y a mí.

-Yo te aviso, no te preocupes hermano.

Tras despedirme de mi madre y hermano, volví a casa deseoso de relajarme. Ya que había salido del centro sin haberme rehabilitado, debía de dar una imagen de la que ahora distaba mucho de tener ahora mismo. Nada de salir de farra, nada de drogas (al menos de cara a la galería) y nada de líos de una noche. Tenía que saber esconderme bien y encontrar una tapadera creíble.

Me monté en mi coche y mi móvil sonó antes de que lo pusiera en marcha. En la pantalla se leía "MARGA".

-¿Diga?

-Dylan, soy Marga. Llamo para agradecerte tu enorme contribución a la exposición de parte mio y de la autora.

-Qué formal te vuelves por teléfono -y eso que conocía a Marga de hacía tiempo ya, éramos buenos amigos-, ¿porqué no te distendes?

-Que si, ¡que muchas gracias! Diez mil dólares es mucho más de lo que una artista novel haya ganado con una primera exposición, al menos a las que yo he ayudado.

-Las fotografías eran buenas y me gustaron.

-Pues te vuelvo a dar las gracias, y a ver cuando volvemos a quedar.

-Si, tranquila, yo te avisaré.

Me despedí de ella y arranqué el coche, ya se me había ocurrido una idea que podía hacerse realidad.

Te puedes quedar [Resubido, sin terminar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora