Capítulo 7: La dolorosa verdad

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Una semana después

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Una semana después...

La noche volvió a hacerse presente, el almacén estaba lleno de jadeos de cansancio, pues el rubio de ojos amatistas trataba de recuperar el aire después de un arduo entrenamiento, sus dos maestros eran muy estrictos, pero sabía que tenía que ser fuerte para poder defenderse por sí mismo cuando vaya a salir a cazar. Debido a que una semana atrás su cuerpo era delgado y no tan musculoso -apenas tenía músculo que resaltar-, debía entrenar más que en UA, ya no se trataba de entrenar su quirk, ahora ya debía aprender a pelear en algún combate cuerpo a cuerpo.

Suerte que por el momento llevaba una camisa de tirantes y un pantalón de entrenamiento, llevó su mano a su frente para limpiar el sudor que deslizaba por su cabeza, recuperando la respiración, había corrido 7 vueltas por todo el almacén sin parar, y no crean que el almacén era pequeño o mediano, no no no, era muy grande, del tamaño de un supermercado un poco grande. También había hecho varios ejercicios previos a las vueltas que había corrido, sesenta lagartijas, sesenta abdominales y sesenta sentadillas cada cinco minutos. Por el momento se le notaba los bíceps, las piernas estaban un poco tonificadas y ya tenía abdominales marcados, a decir verdad, habia cambiado un poco su cuerpo más rápido que cualquier persona normal, debido a su nuevo organismo, se había adaptado un poco al entrenamiento rígido de Ayato y Yomo, antes no podía correr dos vueltas completas pues caía rendido al suelo cansado.

Ey, mocoso afeminado— Aoyama dirigió la mirada hacia uno de sus entrenadores, específicamente el más joven de los dos —ve a darte un baño, ya hiciste mucha mierda por hoy, mañana el idiota tatuado te hará tu máscara y tu traje— ordenó con el ceño fruncido, estaba recargado contra la pared, de brazos cruzados y al parecer con su máscara puesta.

Oui, monsieur Ayato~— dijo el menor antes de tomar su chaqueta, colocársela, y comenzar a tomar agua fría, refrescándose —¿irás a cazar, Ayato-kun?

¡No es tu puta incumbencia!— exclamó el de cabellos púrpuras azulados con un tono de molestia, si, le recordaba demasiado a Bakugou —deberías concentrarte en tu maldito entrenamiento, ¡¿por qué tienes doble Kagune?!, ¡será más complicado controlar tu puto kagune!

No es mi culpa que me hayan disparado con la sangre brillante— murmuró el menor con un rostro inexpresivo, que rara vez sacaba a la luz, antes de salir del almacén con una expresión calmada en su rostro, mirando a los lados de que nadie lo estuviera vigilando —las noches se han vuelto más peligrosas últimamente, Ayato-kun ni de broma que me va a acompañar a la cafetería— pensó comenzando a caminar de manera calmada, ocultando su rostro con la capucha de su chaqueta para que nadie le reconociera en ese momento, ya que seguía siendo buscado por los héroes profesionales que ni se atrevían a adentrarse en las zonas peligrosas de Tokyo —¿por qué la violencia ha aumentado?, de seguro algo horrible acaba de pasar, lo más probable es que han aumentado los ghouls en éstas zonas— nuevamente pensó con una expresión de seriedad en su rostro, trataba de estar serio pero le daba algo de escalofríos caminar solo por las calles, escuchando como unas pocas personas gritaban de dolor, sabía perfectamente que los infectados estaban cazando.

Voluntad para Vivir (Boku no Hero Academia)Where stories live. Discover now