Part 12

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18 de julio 1988

Todo estaba oscuro. Todo estaba en paz. Al fin lo había conseguido. 

Apretaba su mano con fuerza, mientras que con la otra acariciaba su fría mejilla, susurrando un leve "lo siento" alrededor de su oreja, como si fuera a escucharla. 

- Tenemos que pensar que el esta bien, si - cerro sus ojos con fuerza, sintiendo como las lagrimas recorrían unas tras otras su mejilla. - Joder lo siento tanto Cal, sabia que estabas mal, lo sabia, y no hice nada, soy la peor hermana...

- No lo eres, claro que no - paso sus pulgares por sus mejillas, intentando limpiarlas, pero se le era imposible. - son lo mejor que me hayan podido tocar

- Mi pequeño... - apoyo su cabeza sobre el pecho de este - jamás crei que harías esto, soy una madre terrible por no darme cuenta de ello, y por no poder hacer algo mejor por ti

- Mamá, no digas eso - su vista se estaba nublando de a poco. - Tu eres una madre increíble, yo era el problema, yo era el jodido problema.- apretó su puño con fuerza. 

Un leve chirrido causado por la puerta, hizo que las dos mujeres se dieran la vuelta, mirando extrañadas la diminuta silueta, que figuraba ser la de una chica. 

- Creo que llegue muy tarde. -apreto fuertemente sus puños, arrugando los papeles que tenia.-  

- Hannie - el chico se levanto emocionado, mientras las lágrimas recorrían sus mejillas. - Estas tan hermosa - susurro contra su oido, apegándola aún más a él. -  y hueles increíble 

- Tu...Tu eres Hannie -  la chica asintió. - joder, pensábamos que solo eras un sueño, una alucinación, un invento de mi hermano

- Se puede decir que si lo era, se que sonara loco y poco creíble, pero yo conocía a Calum, jamas logre hablar con el, pero creo que el jamas logro olvidarme. - las dos mujeres la miraron extrañadas. - Yo trabajaba en la biblioteca de la universidad, y Calum siempre iba, tomaba asiento en una banca apartada, pero con un perfecto perfil para lograr apreciarlo. - sonríe al recordarlo. - siempre ocultaba su rostro con el libro, cuando lo sorprendía mirándome, era demasiado adorable. -una pequeña lagrima recorre su mejilla. 

- No... Hannie...por favor no llores, no llores preciosa. - beso sus húmedas mejillas. - por favor hermosa

- Se que es tarde, se que debería de haber llegado antes, pero tenia miedo. -sus labios temblaron.- jamas hable con el, pero aun así el logro recordarme, no se como consiguió mi dirección, pero lo hizo. - paso su dedo indice lentamente por el contorno del rostro. - cuando llego la primera carta, me asuste, y pensé que era un demente o que tan solo era un simple equivocación, pero en cuanto comenzaron a llegar más de estas, comprendí que la cosa era seria y más aún cuando deje de ver a Calum.- miro fijamente a la madre de este.- realmente lo siento; yo pensaba en venir , pero tenia miedo, además de eso, no tenia ni una pista de él, solo su nombre

- Entonces, como estas aqui.- pregunto Mali extrañada. 

- Fue gracias a un amigo de Cal, pero creo que llegue demasiado tarde 

- Mali - la chica se gira. - dejemos un momento a solas a Cal y Hannie, de seguro eso le hubiera encantado a tu hermano 

- Claro. - sonrío apenada. Tomo la mano de su hermano y deposito un cálido beso sobre esta.- Te quiero Cal, y no tienes ni idea de cuanto te voy a extrañar

- Hasta luego Hannie. -la mujer acaricia su mejilla, para luego marcharse junto a su hija. 

Paso su pulgar suavemente por los labios de este. Era realmente guapo y mucho mas de cerca. Lo que Hannie no entendía, es que como un chico tan guapo, se fijo en ella y le mando cartas, creando toda una fantasía en ellas, una fantasía, un cuento, el cual disfruto hasta el final, un duro y doloroso final. 

- Si tan solo me lo hubieras dicho, si tan solo lo hubieras hecho, nada de esto hubiera sucedido, nada... - apreto sus labios con fuerza. 

- Hannie hermosa; no llores si, yo te amo si, se que fui un cobarde de lo peor, pero te amo, realmente te amo. 

- Sabes, yo también te amo Cal. -acerco sus cálidos labios a los fríos labios de este; pudo sentir como este sonreía, pero todo era un invento de su mente, por que el yacía muerto.  

No todo fue un invento; porque el chico realmente habia sonreído, pues al fin había conseguido un beso, un beso de su tan apreciada Hannie. 

Sweet MadnessWhere stories live. Discover now