Capítulo 16: Una visión clara.

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KAI/WILL

“Las olas chocaban contra las rocas debajo de mi cueva. Aún el mar no estaba lo suficientemente picado como para inundarla, podría aguantar un poco más aquí sentado, mirando al lugar donde horas antes lo había ocupado una bella muchacha con cara de ángel vengador.

No sabía que hacía aquí pero no importaba, mi mente estaba tan despierta que podía ver a Eve sentada enfrente de mí con total claridad. Me miraba y me sonreía de esa manera que una vez me paró el corazón.

Pero entonces la imagen cambió, no sabría deciros si a mejor o a peor, lo que si sabría deciros es que si la nueva mujer que había aparecido delante de mí estuviese sentada al lado de Eve, este sería el mejor momento de mi vida, podría morir sabiendo que estoy viendo a las dos personas que más he querido en mi vida. Esa mujer era mi madre.

- Mamá – dije con solo un susurro.

- Hola cariño. – su pelo castaño estaba suelto y volaba por delante de su cara con la brisa del mar, sus ojos verdes me miraban con esa ternura que ya creí olvidada. – Tenemos que hablar, Kai. Y me temo, que no tenemos mucho tiempo.

Su voz era suave y sonreía, pero por alguna razón no me sentí cómodo oyéndola decir mi nombre, como si ya no le correspondiese, como si ahora le perteneciera a otra persona y ella solo lo cogía prestado.

- Pero mamá, ¿cómo es esto posible? – pregunté confuso mientras intentaba levantarme para acercarme a ella. Y digo intentaba porque mis piernas no parecían ser capaces de moverse. - ¿qué me pasa?

- Lo siento, pero no puedes acercarte más. Pero no importa, tenemos que hablar de tu destino, cariño. – dijo con una sonrisa que indicaba confianza.

Recuerdo cuando usaba esa sonrisa, me animaba a contarle las travesuras que había hecho. Esa mirada eran de las que decían: “Cuéntamelo, no me enfadaré.” Y era cierto, nunca se enfadaba cuando era sincero.

- Supongo que sabes lo de la magia y eso… - dije sin atreverme a decir “elemento”

- Claro que lo sé, desde el momento en que abandone mi cuerpo, supe que estabas destinado a grandes cosas. – ahora había orgullo y confianza, una confianza que no creía merecer. – Te equivocas, Kai. Tienes mi confianza porque te la has ganado con el paso de los años. Sé que has cometido errores y sé que no has sido la mejor de las personas. Pero también sé, que en el fondo de tu corazón, harás lo que es correcto. – dijo leyéndome la mente y ofreciéndome unas palabras que eran muy dolorosas a la vez que hermosas.

Mi madre había visto todo. Me sentía humillado y con ese sentimiento que te queda cuando decepcionas a alguien que quieres. ¿Cómo he podido ser tan egoísta? Siempre pensando en mí mismo y en lo que era mejor para mí.

- Mamá, yo…lo siento. – dije mientras una lágrima caía por mi mejilla. – Siento haberme comportado así, siento haber sido tan…capullo.

- Donde uno ven errores, otros ven la posibilidad de mejorar. – seguía mirándome con orgullo y amor, como si en el fondo supiese que haría lo correcto. – Nunca olvides eso Kai, los errores no son nunca un problema, solo una manera de aprender lo que no hay que hacer. Tú ya has cometido muchos errores, es hora de tomar el camino correcto.

- ¿Te refieres a ser un brujo de la luz? – dije recordando la forma en que lo había llamado Eve.

- Sí y no, no quiero que elijas un bando porque yo te lo digo. Quiero que escuches a tu corazón, quiero que te dejes guiar por lo que él quiere. – no entendía a que se refería. – Cierra los ojos y dime, ¿qué es lo que ves?

Nada, si cierro los ojos no vería nada. La miré con incomprensión y ella me devolvía una mirada algo furiosa, una de esas que echan las madres cuando desobedeces. Me reí al recordad las veces que me había mirado así, no sabía lo mucho que echaba de menos esa mirada hasta ahora.

Saga Elementos III: AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora