Encuentrame

9.9K 1.8K 718
                                    

Yoongi

No puedo creerlo, él está aquí. Estoy seguro. Aunque los años hayan pasado, sus dulces facciones siguen intactas.

Lo veo

Esos ojos que brillan más que el sol y sus labios llenos de vida. Está a punto de llorar por el miedo o la sorpresa de verme aquí arriba, seguro piensa que voy a comérmelo. Porque es obvio que no me ha reconocido.

¡Y cuanto quisiera transformarme y mostrarle mi apariencia humana y tirarme a sus pies y besarlo entero! Es todo un hombre ahora y es bellísimo, su cuerpo maduró y su rostro perdió la infantil niñez propia en él, pero no del todo. No puedo hacer eso, no aun. No sé lo que le han hecho o dicho y no quiero causarle un impacto que lo obligue a correr y, con eso, perderlo de nuevo. Primero debo sacarlo de esta trampa en la que cayó, así que, desde aquí arriba desde donde lo estoy mirando con ojos de depredador (pero no del modo que él cree, porque quiero comerlo pero no así) me alejo en busca de algo lo suficientemente largo como para que pueda sujetarse.

No hay mucho en la oscuridad del bosque, pero después de un rato encuentro una liana lo suficientemente larga y resistente para ayudarlo, no quiero que pase la noche allí, en el frio y lejos de mi cuerpo. ¡Lo he encontrado! Esta noche le rendiré culto a la diosa mientras lo aferro a mí ser para no dejarlo ir jamás. No volveré a despegar mis ojos de él y nadie volverá a arrebatarlo de mis brazos.

Nunca más, Jimin.

Me mira atentamente cuando ve la tira caer hasta él y a mí sosteniendo el otro extremo con la boca. No se mueve por un momento, está contemplando el escenario pero no tienen demasiadas opciones, mi bello chico, tiene que confiar en mí.

En un lobo.

Y así de loco como suena él no tiene idea de que este lobo daría su vida por él. Por su Jimin. Aprieto mi mandíbula cuando lo veo sujetarse firmemente y empieza a escalar, uso toda la fuerza de mis patas para sostenerme y tirar para ayudarlo. Falta poco, sigo tirando y suplico para que la liana no se corte hasta verlo completamente a salvo.

Está herido.

Lo sé porque lo escucho quejarse en cada pisada y por eso tiro más de la cuerda para ayudarlo, no sé de donde está saliendo toda esta fuerza. O más bien, lo sé. Es mi amor por él el que está tirando y agradezco que mi mandíbula no se descoloque por lo que le estoy haciendo.

Por fin está afuera y jadeo de alivio, quiero aullar de felicidad pero me contengo porque su mirada de terror me advierte que le dará un paro cardiaco en cualquier momento.

Lo miro, sentado, sucio y jadeante. Está asustado y no lo culpo, porque me quede quieto y quizás está confundiendo mi postura con la de un animal que va a atacar. El viento helado de la noche corre entre nosotros llevando algunas hojas secas en él y tiembla. De miedo, de frio, de desesperación. Puedo olerlo y entre el perfume a eucalipto que siempre lo caracterizó puedo percibir aquel aroma picante y agrio de la desconfianza.

Lindo lobito Inclino mi cabeza cuando no entiendo lo que pretende No vas a comerme ¿O sí? –

Intenta ponerse de pie pero está claro que tiene una herida allí y no podrá moverse mucho más. Así que bajo mis orejas y oculto la cola para mostrarle que no está en peligro y camino lento y sigiloso hacia él, la mirada baja. Me detengo cuando retrocede. No quiero que me tema, no quiero que sea presa del miedo por alguien que lo único que sabe hacer en la vida es amarlo y respirar. Entonces de mi garganta expelo un pequeño quejido, uno lastimero para que sepa que él no está a mi merced, sino todo lo contrario.

Veo la sorpresa cuando me escucha lloriquear, mando a la mierda mi posición de lobo alfa y me tiro al suelo, entre la tierra, el pasto seco y la nieve y avanzó con el cuerpo a tierra hasta que llego. Me observa sorprendido por el despliegue de sumisión que estoy demostrando, me acerco lento solo un poco más y coloco mi cabeza en su pierna.

¡Cómeme mejor, lobo feroz! • YoonMinWhere stories live. Discover now