Capítulo segundo

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  • Dedicado a Marta
                                    

Demasiado subrealista

Elizabeth, no pudo evitar comenzar a reírse de lo que el joven le acababa de decir. Ella tenía miedo, pero a pesar de eso, lo que aquel jóven le había asegurado era tan gracioso que incluso tuvo que arrodillarse.

El jóven, muy serio, volvió a repetir;

Soy tu ángel guardián, te aguardo día y noche desde hace muchos años. - Dijo este con el semblante serio y convincente, pero Elizabeth, no le hacía caso, y más serio que antes le exigió-  No te rías.

Me llamo Elizabeth -dijo riéndose aún- y soy Catwoman -dijo extendiendo su mano en forma de saludo. Cuando se dio cuenta de que lo tenía atado y no pudo evitar seguir riéndose.

¿Pero qué es tan gracioso?- dijo John haciendo caso omiso de su supuesta broma.

Qu-..Que un niño, al que por cierto he atado con facilidad, venga a decirme -no pudo seguir y se reía más- que es mi ángel guardián como excusa por entrar en mi habitación... -ahora por fin logró serenar su risa- y robarme "o violarme" pensó ella.

John hizo una sonrisa torcida, como pensando en un chiste privado. Elizabeth le preguntó ahora más seria que antes;

Dime qué quieres, qué has venido a buscar, o llamo a la policía. -Entonces, Elizabeth escuchó la puerta abrirse y dio un respingo. Era su tía, que venía a darle un vaso de agua y un beso de buenas noches.

Elizabeth, toma... -dijo dándole el vaso de agua- ya es tarde, ve a dormir -dijo como si no hubiera nadie más que ella allí. John, comenzó a reirse. Pero sólo Elizabeth lo escuchaba. Emma, sin embargo, salió por la puerta tan triste como había entrado y ni se inmutó de nada. 

Elizabeth no entendía nada. Cerró las ventanas, se sentó a su lado, lo desató y despacio, como si estuviera hablando con un niño desobediente le advirtió;

Ni se te ocurra decirme algo incierto, no me gusta que me mientan, y sino, sufrirás las consecuencias - entonces se percató de su mirada inocente y pura. Sus ojos eran de un color violáceo y azulado, su tez era blanca... y su cabello negro... espera. Está moviendo sus labios... ¿qué está...- ¿Perdón? -dijo Elizabeth consternada por su deslumbrarmiento repentino.

John hizo de vuelta esa sonrisa torcida, y volvió a repetir, paciente;

He venido para llevarte a un lugar que ya conoces, pero el imprevisto fue que me vieras. Se suponía que yo tenía que dormirte y dejarte tendida en tu cama. Y tenía que tomar tu espíritu y llevarte a este lugar dicho anteriormente -Elizabeth frunció las cejas.- Allí... te lo contaremos todo.

¿Contarme qué? -dijo ella muy enfadada, este chico parecía estar cada vez menos cuerdo en cada palabra nueva que contaba.

Mira, sé que todo esto resultará insólito para ti. Pero debes verlo para entenderlo. - dijo John muy seriamente, él puso sus manos en sus ojos, y la tumbó en un experto movimiento. Elizabeth no podía moverse, y ahora pensaba, más asustada y convencida que antes, que él le quitaría su inocen... pero de repente, John dejó de tocar sus ojos, y ella se sentía cansada. Él tomó "sus" manos y de repente, ella salió de su cuerpo. Elizabeth no sentía nada, era como una sensación de paz y de alegría... "¡Aguarda!¿Estoy muerta?" pensó ella repentinamente.- no, no lo estás.

Alpha (En espera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora